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Gracias democracia, Loixilandia será una realidad

Hoy en día está muy de moda lo del derecho a decidir. He estado pensándolo bien y creo que me voy a unir al carro, os cuento.

Estoy cansado de ver en mi barrio gente con la que no tengo nada en común. Hay viejos, críos, feos, ricos, pobres, gente de derechas, extranjeros y otros. Yo no soy nada de eso, tengo una cultura propia, mis abuelos fueron reyes de la Corona Loixiana, bailo la loixi-sardana, inventé las loixi-çotadas, vivo en Zarza (Zaragoza, para los de fuera) y otras muchas cosas que no os voy a contar por no daros envidia.

Y digo yo, ¿por qué tengo que ser español pudiendo ser loixiano?

Lo hablé en mi casa, estamos dos. Mi novia me da la impresión de que no está mal siendo española, la pobre no entiende lo bien que viviría en Loixilandia. De hecho, hice una consulta en la que cada miembro del hogar que quiso votar respondió a las siguientes preguntas:

– ¿Quieres que Loixilandia sea un estado?

– ¿En caso afirmativo, quieres que sea un estado independiente?

El resultado fue abrumador. Hubo 1 voto y una abstención. El 100% de los votos había dado «dos de que sí». La victoria es mía, ¡Arriba Loixilandia!

No, no me vengáis diciendo que lo del 100% de los votos es mentira. Habrá quien dirá que sólo el 50% de la población ha votado que sí. Es una forma de verlo pero, en cualquier caso, el 50% de la población mayor de edad con derecho a voto ha hablado alto y claro. De hecho, recuerdo una región española en la que, ni de lejos, llegaron a mi 100% de los votos, y a ellos se les está escuchando.

Si sois buenos demócratas acataréis la voz del pueblo. Mi piso debería ser independiente y así se lo he hecho saber a Mariano Rajoy para que efectúe las acciones necesarias para mi liberación. De no ser así, en 18 meses proclamaré unilateralmente la independencia de Loixilandia, entraré unilateralmente en la Unión Europea y acuñaré mis propios euros. Así se lo he hecho saber a Angela Merkel.

Me encanta la democracia y el derecho a decidir. Os animo a que lo ejerzáis todos.

Y au 🙂

PS: Con ganas de vacaciones, muchas vacaciones…

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Kilos virtuales y delgadez psicológica residual

Hoy voy a romper la terrible racha en la que no he podido aportar teoremas loixianos a vuestras insulsas vidas. Y no uno, sino nada más y nada menos que dos teoremas nuevos, completamente desconocidos en la red hasta la fecha.

Si bien es cierto que algunos compañeros de trabajo ya los han podido escuchar, la inmensa mayoría de la población mundial todavía está huérfana de éste mi conocimiento. De modo que, vamos a ello:

Teorema de los Kilos virtuales:

Con este nombre he bautizado a los kilos que nos engordamos en fechas señaladas en las que los excesos gastronómicos hacen que no quepamos en la ropa. Es muy común decir «me he pillado dos kilos estas vacaciones», pero no se trata de un aumento real ni significativo, pues varios días después de volver a nuestros hábitos alimenticios esos kilos desaparecen.

También suelo llamarlos virtuales porque un par de pasadas provechosas por el cuarto de baño suelen hacerlos desaparecer.

Este teorema no es aplicable sólo a cuando engordamos. También cuando adelgazamos se produce este fenómeno que tanto me fascina. Podemos pensar que hemos perdido un montón pero es bastante posible que hayamos hecho «mucho pis» o «mucha caca», así que no debemos bajar la guardia, puede que nuestro adelgazamiento sea virtual.

¿Cómo identificar los Kilos virtuales? Pésate cada 2 o 3 días, y cuando en varias mediciones veas el mismo resultado, el peso es real.

Teorema de la delgadez psicológica residual:

Este nombre tan estrambótico y bello es el más adecuado que he podido encontrar ante este otro fenómeno de la naturaleza.

Hace cosa de 2 años yo pesaba como 15 kilos menos que ahora. En principio no me preocupa, teniendo en cuenta que mi vida se ha vuelto más sedentaria y además he dejado el tabaco. Volveré a hacer deporte y a cuidar mi alimentación y todo volverá a la normalidad (es además mi propósito para este año).

Hasta aquí no es nada curioso, le pasa a mucha gente. De lo que no todo el mundo se percata es de que cuando llevamos mucho tiempo siendo «delgados» (al menos no gordos), nuestra mente nos recuerda así por mucho que nos engordemos. Y esto da lugar a situacioes curiosas, como la que os voy a contar:

A veces en mi casa la bella doctora está sentada en el centro del sofá. Yo pienso «Muy bien, voy a sentarme a su lado» y cuando procedo a hacerlo resulta que una parte no despreciable de mi musculado trasero acaba aplastando a mi joven compañera de piso. ¿Qué ha ocurrido aquí?

Lo que ha ocurrido es que en mi mente me recordaba más delgado, y al ver ese hueco en el sofá he pensado que sería suficiente para mí. Peeeeeero no ha sido así 🙂

Eso, amigos míos, es lo que yo llamo el síndrome de la delgadez psicológica residual y puede arrancar las risas de vuestras víctimas o, si no las conocéis demasiado, hacer que os llevéis una buena y merecida colleja.

Hasta aquí mis enseñanzas de hoy, otro día más y mejor.

Y au! 😀

PS: No hay nada como tener a un médico buscándote el pulso en el codo!!

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¿De dónde sale la luz de casa? – Parte II

Hace bastante tiempo os presenté mi teoría para explicar por qué cuando accionamos el interruptor de una habitación se enciende la bombilla en cuestión. Podéis echarle un ojo a esa entrada, aquí.

Hoy os voy a deleitar con una idea novedosa que revolucionará la vida de todas las personas del mundo mundial. Cambiará nuestros hábitos de alimentación, reducirá el consumo de energías no renovables y contaminantes, dará un empujón a los negocios agrícolas y ganaderos, aumentará el bienestar y autoestima de las personas… Una ganga, un milagro.

La idea es dar vacaciones a esos personajillos montados en bicicletas estáticas de los que os hablé y, en su lugar, fabricar unos electrodos que se colocarán pegados en nuestra zona abdominal, piernas o culete. Mientras nosotros estemos sentados en el sofá viendo nuestra serie preferida, los electrodos recogerán energía de nuestro cuerpo y la almacenarán en una batería que luego servirá como suministro de electricidad en nuestro hogar.

Por si alguien no ve las ventajas, enumero algunas a continuación:

1. No más centrales nucleares, no más combustibles para producir la energía. Cuidaremos nuestro pequeño y enfermo planeta.

2. Aumento de ingresos para los negocios agrícolas y ganaderos. Empujón también a los núcleos rurales que centran su economía en esos negocios.

3. Creación de empleo, que en estos tiempos no está de más.

4. Adiós a las dietas, adiós al sobrepeso. Mientras descansamos, adelgazamos.

5. Tendríamos que comer obligatoriamente para poder abastecer nuestro hogar. Nada de sentirse culpable por comer a lo bestia, ahora será una necesidad.

6. Indirectamente, fomentamos las familias numerosas. Cuantas más personas se enchufen a los «Loixi-electrodos», más electrodomésticos podemos utilizar a la vez.

Hay un largo etcétera de ventajas, y la única pega que veo es el colesterol y todas esas cosas que anuncian. Pero la idea me parece sencillamente estupenda. Genial, megatrónica y multidisciplinarmente genial.

Para que os hagáis a la idea, esta podría ser una escena muy común en la nueva vida con mi invento funcionando:

 

Manolito, hijo, voy a preparar una pizza al horno ...

 

Lo dicho, este invento sería la bomba. Pero hasta que se invente, tocará ir al gimnasio, andar, comer poco y/o cualquier estrategia saludable para mantener una buena salud.

Y au 🙂

PS: Tapa de cochinillo y madejas la semana que viene, ¿o qué?

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Cómo mapear IPs para trabajar en local

A la hora de hacer páginas web, lo normal es programar en local (en nuestro ordenador) para luego, una vez que sabemos que funciona, subir todo al servidor y que nuestro trabajo quede accesible al público. De esa forma podemos trabajar más rápido hacer las pruebas sin que nadie vea los errores.

El problema es que a veces la página está configurada para que funcione en la dirección real. Por poner un ejemplo, la base de datos de este blog tiene guardado que la página va a estar alojada en «loixiyo.com». Por eso, si me hago una copia en mi ordenador para trabajar necesito cambiar todas las veces en las que aparezca la dirección por «localhost» para poder hacer las pruebas.

Esto es un coñazo porque si te dejas alguna por cambiar las cosas pueden no funcionar bien. Y por supuesto, si luego al deshacer los cambios te olvidas algo la puedes liar parda.

Probablemente a algunos que hayáis entrado a mi blog últimamente os hayan salido avisos como «Estoy haciendo pruebas, vuelve luego». Ahí tenéis la explicación, me salía más a cuento trabajar directamente en el servidor para no tener que estar cambiando cosas. Así que os dejaba mensajillos para que vierais que los fallos eran algo temporal.

¿Cómo se arregla esto? Existe un archivo donde se puede especificar que «cierta dirección se asocie con cierta IP». De esta forma, podemos «engañar» al navegador (a todo el ordenador, en realidad), haciéndole creer que él es loixiyo.com. Ese archivo podemos encontrarlo en:

WINDOS:   C:\Windows\System32\drivers\etc\hosts

LINUX: /etc/hosts

En ambos casos la sintaxis es similar. Se pone primero la IP (en este caso 127.0.0.1 es nuestro ordenador), y después el nombre que le queremos asociar, así:

127.0.0.1     loixiyo          loixiyo.com

A partir de ese momento, tanto «loixiyo» como «loixiyo.com» serán, para nuestro ordenador, lo mismo que 127.0.0.1 que es él mismo. Si por ejemplo tenemos un servidor Web escuchando en el puerto 8080, podríamos ver las páginas que estamos desarrollando en cualquiera de estas direcciones:

127.0.0.1:8080/mipagina

localhost:8080/mipagina  (por defecto, localhost es 127.0.0.1)

loixiyo:8080/mipagina

loixiyo.com/mipagina

¿Veis la utilidad? Me ha parecido una idea tan cuajanuda… A partir de ahora puedo hacer pruebas en mi ordenador exactamente igual que si las hiciera en el servidor, pero sin que vosotros veáis los fallos 😀

Espero que a alguien más pueda resultarle útil.

Y au! 🙂

PS: Un 397 es para celebrarlo en un canal 😀

 

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Plugin para WordPress: Enlaces a páginas y posts

Llevaba tiempo sin publicar ninguna fricada, así que vamos a ello.

En esta ocasión se trata de un plugin para WordPress con el que podéis añadir enlaces en páginas o posts concretos, si no queréis que aparezcan en todo el blog. Es muy útil si, por ejemplo, vendéis enlaces en ciertos sitios de la web.

Antes de nada decir que el plugin original lo creó Jealous Designs y lo podéis descargar aquí. Con la versión que allí aparece podéis hacer todo esto que comento. Permite añadir, además del enlace (con tu texto y URL), un parrafillo opcional debajo en el que podéis dar una descripción del sitio que enlacéis, lo cual me parece muy útil. También permite especificar si lo quieres abrir en una nueva ventana o en la misma.

Pues bien, yo echaba de menos algunas cosas para que quedara bien integrado en mi blog, que son las siguientes:

– Los enlaces se muestran en una lista (<ul>…</ul>) en lugar de por párrafos.

– He añadido el atributo «title» al enlace (<a href=»…» title=»Mi enlace»> …</a>) que es el que hace que cuando pases el ratón por encima aparezca otra descripción. Es un campo opcional, pero está la posibilidad de utilizarlo.

– Lo he traducido al español. Si lo necesito algún día, el siguiente paso es hacerlo multiidioma para que se pueda seleccionar el que se necesite, pero no ha llegado el caso.

Así que la versión modificada podéis descargarla desde este enlace:

https://loixiyo.com/archivos/add-links-to-pages.zip

Por supuesto le escribí al autor para ver si quería que le mandara los fuentes y utilizarlo como actualización. Me parecería absurdo que en el repositorio de WordPress hubiera dos copias casi idénticas, pudiendo haber una que reuna lo mejor de las dos. Pero como no me ha contestado, pues lo pongo aquí para quien lo quiera.

Y bueno, poca cosa más. Si entráis este post (haciendo click en el título) veréis que en la barra lateral aparece un enlace a la web del autor, que no aparece en ningún otro post ni en la página de inicio. ESE es el resultado.

Para utilizarlo, podéis subirlo a vuestra carpeta de plugins, activarlo desde el menú de administración y listo. Sólo os faltará añadir el Widget a la barra lateral con el título que os guste. El formulario para crear enlaces os aparecerá en la pantalla de creación y edición de posts y páginas.

Ale, espero que a alguien le pueda ser útil. Si no, al menos me entretuve mientras lo programaba.

Y au! 😀

 

 

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El casco del autotrío

No sé si os acordáis de la película Demolition Man, en la que salía Silvestre Escalón. Si no la habéis visto echad un vistazo en internet, que hay información a patadas. Por no meteros la charla con eso, os diré que un invento que se supone que existirá en el futuro es un casco de «realidad virtual» con el que se simularán las relaciones sexuales. Tú te pones un casco, tu pareja el otro, y a pseudo-disfrutar. Sin contacto físico, completamente higiénico y demás.

En principio me parece un invento cuajanudo y que debería poder ser fabricado tarde o temprano, por supuesto sin sustituir los métodos tradicionales. La estimulación del cerebro para conseguir que el sujeto perciba sensaciones como si de verdad las estuviera experimentando me parece que tendría muchísimas aplicaciones. Las que se me ocurren están relacionadas con la violencia y con el sexo, pero podéis comentar las vuestras, como siempre. Aquí tenéis las mías:

– Podríamos matar virtualmente a quien quisiéramos, incluso varias veces y llevando nuestra imaginación a límites insospechados. Todo ello sin repercusiones en el mundo real, y sin necesidad de poner nuestras fantasías en práctica pero con el mismo disfrute.

– También cepillarnos a cualquier famosa o bella joven de la calle. No importa si tenemos novia, estos cepillamientos no cuentan por muy reales que nos parezcan.

– Otra opción sería cepillarnos a nuestra novia y a su clon. O a 10 como ella a la vez. Si una novia te vuelve loco imagínate el poder de varias iguales 😀

– Y otro paso más allá, podríamos hacer lo que yo llamo el «autotrío». Esto es, tener relaciones con nosotros mismos más allá de los trabajos manuales. Es decir: yo y yo mismo, los dos.

– Como siempre, se puede ir un poco más lejos, y se puede uno preparar cuartetos de uno mismo, consigo mismo, su novia y su novia otra vez. O él con su novia dos veces, o… variantes infinitas que se os puedan ocurrir.

– Sin estar relacionado con el sexo, creo que una experiencia curiosa sería sentir por ejemplo una caída desde un rascacielos, un impacto de bala, un accidente de avión, o la aceleración que sufre un astronauta cuando un cohete despega.

Todo esto sin moverte del sillón, con y sin dolor posterior. Y si no te gusta lo que sientes, te quitas el casco y solucionado. Sería estupendo, ¿no?

En fin, queridos frikoides que me leéis, otro día más. Ahora toca dormir y mañana a ver a mi amigo Laifrai de nuevo.

Y au! 😀

PS: Con este post no se me ocurre nada casto y puro que decir, así que mejor no decir nada esta vez 😛