Igual os acordáis del anuncio de Coca-Cola, en el que cuando sacaban una lata, se veía que pasaba por 50000 sitios distintos hasta que aparecía fuera de la máquina. Pues me recordó bastante a una teoría que tenía yo de pequeño, para intentar explicarme qué pasa cuando pulsamos un interruptor de la luz en casa.
¿Os lo habéis planteado? Hay quien piensa que cuando lo pulsamos, la energía eléctrica que hemos conseguido en centrales, del viento, o del agua llega a nosotros. Yo no lo pensaba, para mí la realidad estaba bastante lejos.
Según mi «yo» de hace algunos años, cada edificio tiene unas salas enormes con bicicletas estáticas (cientos de ellas). En cada bicicleta se sienta un personajillo pequeño y flacucho, con un par de cables conectados en los testículos.
Cuando alguien en su casa acciona un interruptor, el personajillo recibe una descarga eléctrica (nunca pensé de donde salía esa electricidad, pero era un niño, no seáis exigentes), que sólo podía contrarestar si pedaleaba MUY MUY rápido.
Al pedalear, el personajillo producía una electricidad, que era la que iba directamente a nuestras casas. Y a estos seres, se les alimentaba con la conocida «cuota de comunidad», que servía, entre otras cosas, para que no acabaran muertos de hambre y deshechos de tanto pedalear.
Como véis, la tecnología es todo un mundo, y de la misma forma que la gente se esfuerza por explicar las cosas religiosamente, yo me inventaba mis propias teorías, y me entretenía.
Otro día os contaré de dónde pensaba que salían las sandías.
Por hoy ya vale… ahora me voy a darle a las prácticas de ficheros.
He dicho.