Desde luego, hay que ver con la juventud. Somos cabezotas, de eso no me cabe duda.
Son las 9 de la mañana, y todavía tengo tiempo para tomar un cafecito antes de la prueba. He oído hablar de este examen, pero yo, muy cabezota, sigo pensando en que se trata sólo de demostrar lo que sabemos en un tiempo razonable.
Me echo mi último cigarro, bastante gordo, y paso por el baño a “mandar un fax” ahora que todavía estoy a tiempo. 3 horas dan para sufrir mucho si no pasamos antes por allí.
Y ya, sin más dilación, empieza la fiesta. Se reparten las hojas, los folios y demás. Los DNIS están encima de las mesas. Lo primero que hay que hacer es leerlo todo, ver por dónde empezamos, qué partes son más fáciles y cuales dejar para el final.
Y aquí empiezan las cosas curiosas:
1. No puedes pedir a una embarazada que consiga que su bebé esté listo en 1 mes de embarazo.
2. Has de saber, que te pongas como te pongas, el 0 NUNCA es positivo, de la misma forma que tampoco lo es negativo.
3. ¿Cómo resolverías esto?
A es verde si B lo es. B es verde si C lo es … X es verde si Z lo es. Z es verde.
Obviamente, TODOS son verdes. Pero… qué pasaría si dijéramos algo como esto?
A es verde si B lo es. B es verde si C lo es … X es verde si Z lo es. Z es verde si A lo es. Y resulta que no sabemos si A es verde, porque es la primera pregunta que nos hemos hecho.
Pues sí, esto ha ocurrido.
4. Si dices que no escupirás por la ventana, no es necesario que nadie lleve paraguas al pasar por debajo.
Por días como hoy, me siento orgulloso de ser “cepesiano”. Da gusto ver que en algunos sitios la justicia todavía existe.
Con mi alegría de hoy me despido.
Saludos, mis pequeños hobbits.