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Colega, ¿dónde está mi casa?

Esto es una gozada… la enculada acabó, y las fiestas se sucedieron. ¿El balance de los exámenes? Pues de momento una aprobada, y la otra con posibilidades bastante buenas, la verdad. Así que, si todo va bien, me habré sacado en mis 3 meses de estancia, el equivalente a 5 asignaturas cuatrimestrales Cepesianas. No está nada mal, no 😀

Dejando a un lado la fiestorra en Flemingsberg y las repetidas fiestonas en el crucero (¡¡QUE VIVA GÜELINTÓN!!) con visita a Tallín, que por cierto me encantó, hoy os voy a contar algo que me ha pasado hoy.

El caso es, aunque me cueste creerlo, que 3 meses después de mi llegada a Rivendel, hoy me he vuelto a perder otra vez. Os comento:

Empezada mi operación «Cambio Radical», me he levantado a las 8 y media, y he ido a clase. He comido ligero, no he almorzado, y a las 5 y media de la tarde, cuando empezaba a anochecer, he decidido irme a dar un paseo para ver un poco de la ciudad. He sacado un plano y he decidido una ruta mientras despedía a Paula.

El recorrido parecía bonito, eran alrededor de 45 minutos por la orilla de un río, que yo he imaginado con embarcaderos, barquitos, farolas y suelo de madera. El recorrido acababa en Vreten, la parada anterior a la mía, en la línea azul.

Al salir de casa con mi gorro estonio, me he encontrado el primer «jandicáp», obras. Vale, no pasa nada, cruzamos de acera y  seguimos con el plan previsto.

Pero no… las cosas han seguido torciéndose. Mi apacible caminata me ha llevado por un polígono industrial lleno de naves, más y más obras, y muchas hamburgueserías. No me he comprado una de milagro.

Me he debido acercar a un aeropuerto, porque no paraba de ver aviones a cuyo piloto casi podía ver la cara de lo cerca que pasaban. Y al final, he visto algo que me ha matado: Un letrero en la carretera que anunciaba un desvío a Solna…

¿Solna? Eso esta a tomar por C*L* de mi casa (en otra línea de metro, pa entendernos). Así que he cogido ese desvío y he rezado todo lo que he podido para no alejarme todavía más :-D.

Por el camino he encontrado a un hombrecillo autóctono, y he procecido, con el mejor inglés posible a preguntarle cómo llegar a Solna Centrum, la estación de metro más cercana, en teoría. En inglés, en sueco, e incluso escribiéndole el nombre en el móvil, lo único que he conseguido que me diga es:

Tack så mycket: Muchas gracias (acompañado de un toquecito en la cabeza, y una media vuelta)

Así que nada, he mirado en una parada de bus, donde había un plano. Sin tener ni idea de donde estaba, era difícil elegir el camino por donde ir. Mi estrategia ha sido mirar qué autobuses paraban allí, y buscar esos números en ese plano. Había 8 opciones posibles, y he tenido que elegir una a pito-pito. Gracias a dios (a mí, claro está), ha habido suerte.

El resultado han sido 90 minutos viendo polígonos industriales y coches. Preciosas las naves, oye, y sólo en el doble de tiempo de lo previsto. No sé cómo, he acabado en Vreten, por fin algo ha salido como tenía que salir, jojojojoj.

Por eso me gustaría mandar un cariñoso saludo (y deseo de impotencia) a mi amigo el autóctono. No me creo que no me entendiera, y menos después de haber estado discutiendo si «mañana» empieza a las 12 de la noche o no, cuando la joven doctora vino a visitarme. Los suecas están  MUY buenas, pero son unas rancias. Los suecos… son sólo rancios. Alguno se salva, sí, pero en general es mi impresión. Si dije lo contrario hace tiempo, me retracto públicamente.

Dicho esto, y con 6 días y luego 8 más por delante, me despido por hoy, jóvenes padaguanes.

Y au 😀

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Post-Pilares en Sverige

Pues… se acabó el Pilar, al menos para mí.

Han sido unos días increíbles, ya casi había olvidado lo que eran las fiestas en condiciones. Aun llevando dos meses Rivendel, uno se acostumbra pronto a las nuevas circunstancias, que son:

Cero café con hielo, cero tortilla de patata, cero cubatas a precios asequibles, horario infantil, poco mambo, inglés, y sueco.

Y no es que esté mal, no… Pero en muchas cosas, España no hay más que una. Realmente cuando estás allí no se da uno cuenta, pero cuando sales y todo es diferente, aprecias más lo que tenías. Hasta a mis señores padres y hermano se les echa en falta, cosa que diré bajito para que no se les suba la fama a la cabeza.

Colgaría fotos para que veáis mis andanzas en tierras mañas, pero casi es mejor que no, por varias razones.

Los españoles que me leéis seguro que habéis estado de guazas conmigo, inmersos en los aires festivos zaragozanos. Los familiares… pues qué os voy a decir, casi prefiero que no me veáis 😀 Y bueno, para compañeros de trabajo de mis progenitores, quiero mantener mi reputación de chico serio y responsable. Además, ahora con Tuenti y Caralibro (feisbuc) para qué voy a gastar espacio en colgar fotos si otros lo hacen por mí.

Ahora toca estudiar, que en 5 días tendré mi «svenska enculaden», ¿sabéis?

Así que eso, simplemente un abrazo muy gordo para todos los que me regalasteis un ratico de compañía, un litro, chupito, kikis, tortilla de patata, sepia, acelgas, café post-pantalones, concierto fallido al Comando Cucaracha, y demás…

Otro día os cuento más cosillas!

Y au 😀

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Anda a cascala! cumple tres añitos

¡Pues sí, hoy estamos de cumpleaños!

Hace exactamente 3 años desde aquella mañana de Pilares en la que, sin poder dormir, decidí abrir este rinconcito cibernáutico. Muchas cosas han pasado desde entonces, el blog ha ido cambiando, en los temas que se tratan, en las formas… supongo que al principio era un bebé, y ahora ya lo llevo casi al colegio. Pronto se echará a una bloga, tendrán bloguitos, y esas cosas. Tiempo al tiempo 😀

No me voy a enrollar mucho, tengo cosas que hacer, pero sí quería dejar constancia de esta fecha tan señalada, en la que la palabra de Dios (o sea, yo), llegó a todos vosotros, mis jóvenes padaguanes


[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=M3UGG4Xz4i4[/youtube]


Con el cansancio del paso de los días, y deseando que pudiera alargar los días 52345234 horas más, me despido por hoy.

Y au! 😀

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Todos A -> Ninguno B

Ya llevo dos días en Zaragoza.

Como esperaba, ha habido algunos cambios que han quedado patentes, ahora más que nunca. Tal vez ya lo sabía, y sólo ha sido la confirmación, o tal vez las cosas se hayan precipitado un poco a raíz de celebraciones recientes. En cualquier caso, no estoy dispuesto a aguantar chorradas de gente a la que no me zumbo, así que ahí queda, podemos continuar con el post.

De lo que quería hablar en la lección de hoy, mis jóvenes padaguanes, es de algo que me llamó la atención en mi viaje de vuelta a España. No es nada nuevo, pero la verdad es que manda cojones. Para poneros en situacion:

No sé si habréis oído alguna vez esta frase: «Si todo el mundo es especial, eso significa que nadie lo es en realidad«. Yo la escuché en una película, no recuerdo en cual. ¿Cuánto de verdad tiene esta frase? Pues habría que verlo, porque si todo el mundo es guapo, significa que no hay feos, pero también significa que nadie llama la atención por guapo, por poner un ejemplo. Y por supuesto, depende del adjetivo que usemos (especial, guapo, rico, patatas, melocotones…), a lo mejor el dicho ya no sirve.

La cosa es que estuve pensando sobre esto en el embarque en el aeropuerto. Si coges Ryanair, es porque quieres que salga barato, ¿correcto? Pero esto me lleva inevitablemente a una pregunta: Entonces, ¿por qué pagas 5 euros más para embarcar con prioridad? Se supone que si lo haces, te «cortan el billete» antes que a los que no pagan. Pero si el vuelo te cuesta 20 euros, significa que te vas a gastar un 25% más sólo por entrar pronto.

Así que lo pensaba yo. ¿Qué pasaría si todos pagáramos esos 5 euros? Pues la respuesta es fácil. Tendríamos una fila de 200 personas que han pagado más de la cuenta, que como es lógico no van a poder cumplir su objetivo. Entre otras cosas, porque ser el primero implica que no hay alguien antes que tú. Por tanto, no hay 2 primeros consecutivos, creo.

Por extensión, podemos llevar ese razonamiento al extremo opuesto. Si nadie paga de más, tendremos esas 200 personas en la cola normal. Será la misma situación que en el caso anterior, pero Ryanair se llevaría 1000 euros menos, y, al igual que antes, no podrá haber 200 primeros en subir al avión.

Hay algunas razones más para no pagar:

1. Lo único que consigues es que te rompan el folio que hace de billete antes. Nadie te garantiza que vayas a subir antes.

2. Una vez en el avión, usar una puerta poco concurrida para entrar puede darte acceso a sitios mejores que gente que haya pagado.

3. ¿Realmente es necesario elegir asiento «chachi» para un vuelo de 3 horas? Para cruzar el Atlántico podría plantearme pagar un poquito más para estar más cómodo, pero para ir a Alicante (40 minutos) no merece la pena.

Pero el problema es que a veces las personas (muchas más veces de las que deberíamos, por cierto), actuamos bajo la ley empírica de la naturaleza, «maricón el último«. Pensamos sólo en nosotros, en ir cómodos y peor aún, estamos convencidos de que nadie más será tan listo y tendrá la misma idea.

¿Por qué no pensar al revés? «Yo lo hago así, y los demás que hagan lo que quieran«. A veces pensar que somos «un todo», ayuda a la gente en general, y a uno mismo en concreto. No sé si es egoista pensar así, porque consiste en pensar en los demás para de rebote salir ganando tú. En cualquier caso, es buena estrategia, digo yo.

En fin, no me lío más, creo que ha quedado claro el mensaje. Otro día escribo más, que alguna cosilla tendré para contar, jejej.

Y au! 😀

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Primera vuelta a casa

Bueno, bueno, bueno…

Pues ya son dos meses en territorios suecos, y hay que ver cómo van cambiando las cosas.

Cuando llegué me desanimé un poco, me costó mucho encontrar ratos para hablar en inglés, me agobié bastante con todo el papeleo e historias variadas que hay que preparar cuando vienes. El curso de sueco me gustaba, pero no había forma ni manera de que mi memoria recuperara su habilidad para recordar cosas sin sentido. Todo era nuevo, completamente distinto a lo que estaba acostumbrado y el cambio fue algo duro.

Hacia finales de agosto llegó la joven doctora, aprobé el curso de sueco, y luego vino mi compañero de piso con el que he hecho muy buenas migas. A partir de septiembre las cosas empezaron a cambiar, las fiestas empezaron a sucederse, el inglés a utilizarse a diario y demás.

Y sin quererlo, nos hemos plantado en octubre, y en sólo cinco días vuelvo a casa para celebrar con los míos que la querida Pilarica se apareció a alguien después de algunos excesos (del tío, no de la Virgen, creo). Tengo toda una señora semana para recargar pilas, tabaco, ron, amor de «papis», comida buena y demás necesidades loixianas. Así que la verdad es que estoy bastante contento, para qué negarlo.

Luego viene lo malo, los exámenes. Y es que aquí (suecos tenían que ser) los exámenes se hacen cada 2 meses, así que sin darme cuenta he llegado al «diciembre cepesiano». Esperemos que la cosa siga cundiendo y apruebe, o ya veréis que señora liada. Jojoj. Entre tanto, que me quiten lo «bailao», que aun saliendo y demás he tenido bastante tiempo para estudiar. Creo que irá bien, pero como siempre, hasta que no ves los aprobados es mejor callarse 😀

Pues nada, la próxima vez que escriba seguramente lo haré desde mi casa, y sea para contaros lo bueno que está el calimocho y los almuerzos del Valdai.

Otro día más, pequeños padaguanes.

Y au 😀

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Tuneles SSH con Putty

Hoy vamos a dar una lección que puede ser útil, mucho.

Conozco una página web en la que puedes mandar mensajes gratis a móviles españoles, con la limitación de que además de tener como mucho 2 mensajes diarios, te obligan a enviarlos desde un ordenador con IP española. Esto no es un problema si estás en allí, pero en mi caso estoy en Suecia así que hay que poner solución.

Así que os presento una alternativa gratis, rápida, fácil y para toda la familia. Para preparar este estupendo estofado necesitaréis los siguientes ingredientes:

1. Cuenta en un ordenador del país en cuestión (con acceso SSH).

2. Vuestro cliente SSH favorito. En mi caso utilizo Putty para Windows.

3. Navegador Web. Yo usaré Firefox para el ejemplo que es bastante común.

Una vez tengáis todo esto, podemos empezar a trabajar. Vamos al meollo de la cuestión:

1. Configurar el tunel

Abrimos el Putty y en el menú de la izquierda, vamos a SSH->Tunnels. Allí tendremos una ventana como la que veis aquí, y lo que tenéis que hacer es rellenarla como se ve en la imagen. He elegido el puerto 3333 porque me gusta a mí, pero podéis utilizar cualquier otro número que os guste. Preferiblemente (o probablemente OBLIGATORIO) que sea mayor que 1024, porque por debajo son puertos reservados para otras cosas.



Una vez hecho, pulsamos el botón ADD.

Ahora vamos a la pestaña «Session», que es la que aparece al abrir el Putty.

– Donde pone Host-Name, escribimos: usuario@servidor_donde_tengo_la_cuenta

– Port, para SSH por defecto es el 22, ése está bien.

– Mas abajo, Saved Sesions, ponemos un nombre para guardar esta configuración. Por ejemplo: Tunel

– Guardamos (pulsamos Save)

– Pulsamos Open (del latin Openus-Abremus-Tus-SSHus, es decir, CONECTAMOS).



Nos pedirá nuestra contraseña, y listo. Ahora hay que dejar Putty abierto mientras queramos que el tunel esté vivo, es nuestro «enlace con el mundo exterior».

2. Configurar el navegador:

Ahora vamos a configurar nuestro navegador para que utilice el tunel para enviar y recibir los datos. En el ejemplo usaremos Firefox, aunque el proceso es casi el mismo para los demás. Vamos al tajo:

1. En el menú de arriba, vamos a Herramientas -> Opciones -> Avanzado -> Red -> Configurar como Firefox se conecta a internet, y pulsamos el botón de «Configuración».

2.  Seleccionamos configuración manual, y rellenamos los datos como en la imagen.



3. Guardamos cambios.

3. ¡Ale, ya podemos navegar!

A partir de ahora, todos datos de las páginas que visitemos, viajarán encriptados hasta el servidor que estemos utilizando como proxy. El proxy pedirá la página web por nosotros, la recibirá, la encriptará y nos la mandará de vuelta a nuestro ordenador.

En principio todo será más lento, ya que hay que encriptar y desencriptar todo, y estamos metiendo un intermediario más, pero para páginas web apenas se nota. Tal vez para descargas y videos online lo notemos más, pero tampoco sé si será mucha la diferencia, no he probado.

4. Vale, ¿y esto para qué sirve?

Utilidades, miles. Y por supuesto, las que a vuestras cabezotas se les puedan ocurrir.

– Ver páginas web que están prohibidas en nuestro trabajo (tuenti, facebook, el correo).

– Disfrutar de servicios que en nuestra zona geográfica no están disponibles.

– Asegurarnos de que si estamos en una red wifi pública, el dueño no pueda ver lo que hacemos.

– Cosas como éstas, las que se os puedan ocurrir 😀

Lo difícil puede ser conseguir una cuenta en algún ordenador. Si utilizáis Linux, podéis usar vuestro propio ordenador si lo dejáis enchufado al salir de casa. En Windows también hay servidores SSH y funcionan, pero hay que buscar un poquito y ver cómo funcionan. Si tenéis vuestro propio alojamiento Web, depende de cuánto esteis pagando puede que os ofrezcan acceso SSH. Y bueno, si sois estudiantes universitarios es bastante probable que vuestra universidad os ofrezca una.

Pues eso es todo por hoy, espero que os pueda resultar útil, yo esto lo uso a diario, y la verdad es que es una gozada.

Ahora, pequeños padaguanes, voy a poner el pollo con patatas al horno, a ver qué sale, juasjuas.

Y au! 😀

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