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Asesino, inocente, cazatesoros y camelista

Hoy he soñado algo que me apetece contaros, y como hace algo más de un año que no escribo ninguna paranoya de las que sueño, pues me voy a dar el gusto. La cosa era la siguiente:

Andaba yo por la calle con unos amigos, cuando de repente todos me empezaban a echar la bronca por algo que supuestamente había hecho la noche anterior. Yo no sabía ni el qué, y la gente se enfadaba porque no recordaba el percal. Me han empezado a explicar, y parece que había matado a alguien, a alguien que curiosamente no estaba con nosotros (claro, si lo había matado mal iba a estar allí :-D).

Yo insistía que no recordaba, que no podía ser, y la gente me decía que cuando bebo pasa lo que pasa, y luego no me acuerdo. Que mi memoria cada día está peor, y cosas así. Así que he empezado a asumir que igual estoy perdiendo la memoria, y realmente había matado a «la Presi». Total, que cuando ya me lo estaba empezando a creer, y a aceptar que mi vida en la cárcel igual no iba a estar tan mal, todos han empezado a gritar: «INOCENTE! INOCENTE! LA PRESI ESTÁ DE VIAJE!!

Menudo mosqueo me he codigo, así que los he mandao a «escaparrar». Hacer creer a la gente que es asesino y amnésico es de mal gusto. Así que me he ido a un parque donde uno de los columpios era un barco pirata. Allí estaba enterrado el Big Whoop y unos busca tesoros estaban apunto de conseguirlo. Yo he gritado a mis amigos para que vinieran, pero pensaban que les estaba devolviendo la inocentada, así que han pasado de mí.

Esos tíos, los cazatesoros,  me han engañado de la forma que menos me esperaba. Tontos no eran, no. Han cortado el palo mayor del barco con una motosierra, y si éste caía sobre el tesoro, nadie podría encontrarlo. Yo, con mis super músculos, he sostenido el palo para salvar todas las riquezas, y mientras ellos han cogido todo y se han ido.

Sin saber cómo, he aparecido en un concierto de Camela, y los cantantes nos han hecho a subir a cantar con ellos. Yo fingía no saberme las letras para que no me hicieran pasar por ese mal trago. Pero «el Pelos del organillo marchoso» me ha obligado, y he tenido que tararear para que me dejaran huir de allí por un pasadizo iluminado con velas que daba a la Calle Unceta.

Sip, como supongo que veréis, es un sueño completamente lógico y normal, y como tal tenía que aparecer en mi humilde blog.

Por hoy me despido, que ahora voy a visitar a la joven doctora antes de volver a casa. Otro día os contaré (cuando se confirme la movida, no quiero hablar sin razón) la estupenda barbaridad que -muy probablemente- me han hecho en el «CEPESE».

Y au! 😀

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