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Calma

La verdad es que no sabía cómo titular esta entrada. Lo importante es que empiezo a ver claro lo que va a ser de mí en el futuro próximo.

En el curro, ya nos hemos instalado en Plaza. El aterrizaje allí no ha sido tan terrible como esperaba a pesar de haber cambiado la bicicleta por el coche, los bocadillos de madejas por la máquina de café, las palomas por aviones del ejército y los árboles por carreteras y secarrales. El ambiente de trabajo es, diría yo, bueno en general y creo que iré estando más cómodo conforme pasen las semanas.

Por otra parte la bella doctora ha elegido plaza para su residencia. Será gordista en tierras mañas, lo que descarta el follón de preparar los trastos y moverme a otra ciudad. Tampoco me hubiera importado hacer turismo rural por Madrid, pero me gusta como han quedado las cosas.

Y sobre todo, he recargado energías con mi viaje a la casa de Tintin. He comido patatas fritas, chocolate y gofres con chocolate, he visto mi ciudad preferida del mundo mundial y me he olvidado de la Princesa Yoyo por unos días. Todo esto con buena compañía, ¿qué más se puede pedir?

Poco más que decir hoy, necesito dormir.

Y au! 😀

PS: La próxima vez buscaremos tu parada de metro.

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