0

Anda a Cascala! cumple 15 añitos, y más

postre de la cena de aniversario

Pues sí, Anda a Cascala! cumplió 15 añitos el pasado 13 de octubre. Ahora ya tiene edad para flirtear con otros blogs, empezar a echarse sus cubatillas y esas cosas. ¡Está en plena edad del pavo!

Este año he decidido romper la tradición de escribir el mismo día para hablar de cuánto ha llovido desde aquel 13 de octubre de 2007. No, este año he preferido esperar unos días y hacerlo hoy, por varias razones:

En primer lugar, el día 13 era también el cumpleaños de mi suegro, Don Joaquín. Así pasamos la tarde en familia y después, cuando se fue al concierto de Serrat, me junté con mis compañeros del curro para echar unas birras. Ya podéis imaginar, no hubo tiempo para más, fue llegar a casa y meterme en la cama.

Y por otra parte, porque hoy hay un cumpleaños más importante al que quería dedicar unas palabras aquí. Hoy hace un año que la bella doctora y yo nos casamos. Sin entrar en mucha pastelada, que sabéis que no me gustan esas cosas, os diré que ha sido un año estupendo, lleno de grandes momentos y que culminará, en unos días, con el nacimiento de Alicia, nuestra pequeña minion.

Así que nada, hemos pasado el fin de semana celebrando primero con una cena (tenéis el postre ahí arriba) y luego con un porrón de horas de sueño, desayuno especial, paseo, comida buena, siesta, sofá y hasta un ratillo con amigos. Vida de gorrinillos, pero oye, ya tendremos tiempo de hacer cosas más movidas, ahora hay que descansar y llevar la espera lo mejor que se pueda.

Nada más, mis queridos frikis que de vez en cuando entráis a ver si he publicado algo nuevo. Espero poder sacar algún momentillo para contaros cómo me apaño limpiando culetes, durmiendo poco y todas esas cosas.

Hale, os iré contando.

Y au! 🙂

PS: Hoy no estoy inspirado, así que seré breve: Gracias!

Y a ti, mi pequeño bolondrín, ve preparándote, en nada te enseñaré a jugar al chorro loco desde la frente.

0

Conciertazo de Ixo Rai! 20 años después

Llevaba desde el año 2002 esperando a ver si Ixo Rai!, mi grupo favorito, volvía a juntarse. Al principio tenía esperanza pero con el paso de los años se convirtió en un «bueno, si al menos dieran un último concierto…». No, no hubo suerte… hasta este año. Porque, 20 años más tarde, después de entrar a la universidad, de que la selección española ganara un mundial, de mi erasmus, de una década trabajando y de hasta una pandemia, me llevé una gran sorpresa. Después de todo eso, un día 23 de abril, San Jorge, dieron un conciertazo en el Príncipe Felipe.

Alguien se lo curró y subió un video resumen Youtube, os lo dejo para que lo disfrutéis. Gracias, Manuel Pardos, por subir el vídeo:

Ya veis, sí que fue un conciertazo. Creo que tocaron prácticamente todos los temazos que recuerdo: la del jamón, la de la virgen, la de las drogas, la que cantan en aragonés, la de Whyndemoney… En mi caso tuvo tuvo un elemento que lo hizo todavía más especial. Os cuento:

Cuando era adolescente, mi hermano y yo solíamos ir con mi padre a conciertos de música de la tierra y otros actos relacionados con Aragón. A veces a mezcladillos de La orquestina del Fabirol, La Ronda de Boltaña, Labordeta, Ixo Rai! y demás. También lo intentamos con clases de aragonés, e incluso estuvimos torturando en el coche durante varios años a una pobre zagala con lo que llamábamos «música patriótica» (las mismas 3-4 canciones en aragonés, cantadas día tras día, una y otra vez). Se me vienen a la mente un montón de recuerdos entrañables de aquella época, fueron unos años estupendos, pero tampoco os voy a aburrir demasiado con eso. Vamos a lo que nos interesa.

Pasó el tiempo y esta afición de la que tanto disfrutaba fue quedando en segundo plano hasta que, finalmente, desapareció. 20 años más tarde, cuando en enero me enteré de que Ixo Rai! tocaba una vez más (y esperemos que no sea la última), decidí comprar unas entradas para ir con mi señora esposa, la bella doctora y, finalmente, también con mi padre. De esta forma, la persona con la que siempre había ido a este tipo de eventos acabó juntándose conmigo, con la doctora y con su nieta, la pequeña Alicia, que está en proceso de fabricación, y saldrá a producción el próximo 26 de octubre.

¡Ya veis! En el día de Aragón recuperamos, aunque sólo fuera por un día, esa tradición y nos juntamos lo viejo y lo nuevo, pasado, presente y futuro. No pude evitar emocionarme cuando cantaron «Un país», para acabar cerrando con el mítico «15 de agosto».

Pues hasta aquí os puedo contar.

Y aunque con retraso… ¡Feliz día de Aragón!

Y au 🙂

PS: Cuando las ganas de arrancar manzanas podridas te puedan, sólo recuerda estas 3 palabras: Cuestión de prioridades…

0

Anda a cascala! cumple 14 años

Pues sí… 14 años han pasado desde aquel día en que decidí que tener un blog era una buena idea. Han sido más de 400 entradas con las que he conseguido desahogarme, entretenerme, instruiros en buenas costumbres, convertiros en padaguanes sabios y fornidos y tratar de que este mundo sea mejor con mi evangelio. O bueno, como mínimo he conseguido entretenerme yo :-D. A los que habéis decidido perder vuestros ratillos leyendo las chorradas que se me han ido ocurriendo, mil gracias :-).

Últimamente tengo esto algo abandonado pero este blog siempre tendrá un huequecito en mi corazón y vosotros podréis consultar lo cuando me echéis de menos. Al fin y al cabo, la Biblia tiene 2000 años, no se actualiza y sigue siendo un Best Seller, ¿no?

Y, dicho esto, una tartica de cumpleaños y a la cama (la imagen no es mía, tiene la web escrita en un borde):

Anda a cascala! cumple 14 años

Y así a modo de resumen…

  • Me caso (me casuística para los cool)
  • Me piro un mes de vacaciones a ver qué se cuece por Tanzania y Estambul
  • Sigo bien
  • El Real Zaragoza da pena
  • La ministra de Igualdad de pena, y vergüenza ajena

Por último, quería enviar un cariñoso saludo a la nini que me destripó el final de La Casa de Papel sólo 4 horas después de que Netflix sacara la última temporada:

Peter va a morir dentro de dos capítulos.

HALE, QUE APROVECHE.

0

¡Los franceses celebrando San Valero!

Llevo unas semanas queriendo escribir sobre esto, así que hoy me voy a dar el lujo. Sólo quería informar al resto de zaragozanos de que, igual que ocurre con el día de La Virgen del Pilar, celebrado en todo el mundo, San Valero ha empezado a celebrarse en el país vecino, el de las tortillas sin patata: FRANCIA.

La bella doctora, una amiga suya, su novio y yo fuimos al Pirineo para hacer una excursión dominguera y darle marchica a las raquetas de nieves que sus majestades, Los Reyes Magos, nos dejaron en casa. Era una forma diferente de celebrar este día que, durante los últimos, había pasado desapercibido en mi casa.

San Valero rosconero, 29 de enero, es patrón de Zaragoza. Este año cayó en miércoles que, casualmente, es el día en que la estación de esquí de fondo de Somport ofrece un descuento muy majete en sus tarifas. Así que, todos los cheposos que pudimos decidimos ir allí y aprovechar la ocasión para disfrutar de un día en la montaña.

Sorpresa la nuestra cuando la señorita que vendía los billetes nos dijo algo que nos sorprendió:

No, para esquí de fondo hoy no hay descuento porque es festivo en España.

Anonadados nos quedamos al descubrir que un establecimiento de Francia estaba eliminando un descuento a todos los españoles porque, según tenían entendido, era festivo local en Zaragoza.

A regañadientes, aceptamos aquella discriminación sin sentido (¿por qué los vascos tienen que sufrir mis festivos? Y… en qué se basa para decidir que yo soy de Zaragoza)? Pero las sorpresas no acababan aquí, porque la bella doctora y yo, que íbamos a hacer raquetas, sí tuvimos el descuento. Incomprensible, más teniendo en cuenta que los cuatro amigos estábamos juntos para sacar los «formaits».

Pagamos y nos fuimos, pero no pudimos evitar volver para quejarnos. La señorita habló con el jefe, que rápidamente decidió devolver la diferencia a mi amiga. Las excusas que nos fue dando son las siguientes:

  • SEÑOR: A ver… simplemente es que os estamos haciendo un favor por dar un descuento los miércoles pero hoy, a vosotros, no os lo damos. ¿Preferís que quitemos el descuento por vuestra culpa?
  • YO: ¿Qué sentido tiene discriminarnos a nosotros?
  • SEÑOR: Pues que es festivo en España
  • YO: Cierto, concretamente en Zaragoza capital, pero no en el resto de España. Y… ¿sabría decirme dónde estamos?
  • SEÑOR: En Francia.
  • YO: Y… ¿eso no le sugiere nada? ¿Qué trata de decirme?
  • SEÑOR: Pues que no puedo haceros el descuento.
  • YO: Pero entonces… cuando usted vaya a Sevilla y le cobren más con la excusa de que en París es festivo, ¿le parecerá bien?
  • SEÑOR:
  • YO: A ver, que no es dinero y me da igual. ¿Pero somos conscientes los dos de que lo que usted me está diciendo es completamente absurdo y una vergüenza? Al menos tengámoslo claro para que no haya malos entendidos.
  • SEÑOR:
  • SEÑOR a la EMPLEADA: Devuélveles la diferencia.

Vergonzoso es que te cobren lo que les dé la gana sin criterio alguno (recordemos que a mí sí me hicieron el descuento). Vergonzoso es que te vengan con esos razonamientos mientras se les escapa la sonrisilla esa de cuando sabes que no tienes razón pero te da igual. Y vergonzoso es que aceptes devolver la diferencia a esos clientes concretos para seguir estafando a los demás.

Por desgracia, mi educación me impide soltar pestes de esta persona o acordarme de todo su árbol genealógico. Así que desde aquí quería enviarle a este señor un saludo afectuoso, y recordarle que en una pequeña aldea rusa es festivo mañana. Señor mío, es su oportunidad de hacerse de oro.

Aquella escena me pareció surrealista y yo, desde luego, no volveré, no me gusta que me tomen el pelo sin ningún tipo de miramiento. Sólo espero que la gente espabile y elija otros destinos donde les timen con algo menos de descaro.

En fin, otro día más, pero hoy tenía la imperiosa necesidad de compartir esta experiencia.

Y au! 🙂

PS: Este viernes jugamos y nos compramos un par!

0

Pizzapendencia y libertad

Libertad… esa gran palabra.

Se nos llena la boca cuando hablamos de libertad. Libertad por aquí, libertad por allá. Pero todavía tenemos mucho que aprender sobre ese concepto tan de moda.

Antes de nada, una aclaración: Me encanta la pizza.

Y dicho esto, vamos a poner un ejemplo absurdo, como a mí me gustan, para ilustrar la situación.

Partiremos de la idea de que tengo libertad de expresión ilimitada y que, en la misma proporción, soy un amante de las pizzas, en todas sus formas y colores.

Entonces, ¿qué hay de malo en que una mañana me levante y decida poner fotos de pizzas carbonara en todas las farolas de mi barrio? Si las farolas no son suficientes, puedo empapelar barandillas, balcones, y poner banderas de calzones en los ayuntamientos. No, no hablo de ropa interior, hablo de eso que es como una pizza doblada por la mitad. Vale, los ayuntamientos representan también a los que prefieren comer ensalada, pero, esos son unos fachas, no son aragoneses de bien.

Claro que, ahora que lo pienso, me gustan mucho los grafitti así que, valiéndome de mi libertad de expresión, estoy en mi derecho de dibujar pizzas hawaianas en cada paso de cebra y muro que vea medio vacío. También puedo usar esa libertad para que los niños me ayuden a empapelar el colegio, y para que se disfracen de pizzas cuatro quesos para carnaval.

Desde luego, soy libre para eso y mucho más y, cualquiera que no me permita hacer lo que me dé la gana sin ninguna consecuencia, es un fascista opresor que me roba mientras me trata como un colono esclavo, un señor feudal esperando a que me case para disfrutar del derecho de pernada.

Suena absurdo, ¿verdad? Pues es lo que está ocurriendo cada día y realmente asusta que se esté aceptando como normal en determinados sectores de la población.

Creo que queda claro que uno no puede hacer lo que le dé la gana. No puedo ensuciar las calles que son de todos, no puedo colocar símbolos sobre una ideología excluyente en lugares que representan a todos. No puedo inculcar, intencionadamente, ideologías políticas concretas en menores. No puedo… Y no puedo hacerlo por una sencilla razón:

Mi libertad termina donde empieza la de los demás.

Me gusta ver las calles limpias. No me gusta que haya bolsas de basura atadas al mobiliario de cada calle. No me gusta ver banderas contrarias a mis ideas en cada farola, ayuntamiento o carretera. No me gusta que mis hijos hipotéticos lleguen del colegio diciendo barbaridades con claros fines políticos que les han dicho los listos de sus profesores cuyo salario, por cierto, sale de mis impuestos.

Y, de la misma forma que yo tengo derecho a vivir en paz, sin que nadie se meta conmigo, tú tienes derecho a no sufrir mis excentricidades y, por supuesto, a no tener que pagarlas de tu bolsillo. Ni tú quieres ver pizzas todo el día, ni yo quiero ver lazos amarillos.

Y comento esto porque este fin de semana pasado estuve en Andorra y de camino tuvimos que atravesar muchos pueblos llenos de lazos y banderas independentistas, y la verdad es que me dio muchísima pena.

Al margen de lo que pueda pensar sobre el independentismo, creo que no es de recibo que una persona que no abrace esa ideología tenga que aguantar que todo el pueblo, cuyo cuidado también paga con sus impuestos, esté lleno de bolsas de basura amarillas partidas a trocitos y esparcidas por cada rincón. Vergüenza, rabia, pena… es quedarme corto.

No sé en qué acabará todo esto, yo sólo espero que quienes tienen la obligación de dialogar se sienten en una silla y hagan su trabajo. Y si no se sienten capaces, que presenten su dimisión y dejen que otro lo intente.

Me canso, me cansáis, me cansan.

Y au 🙂

PS: Si no es San Paco, Amsterdam no es mala opción

0

Mis felices 28

Pues sí, mis queridos padaguanes. Vuestro gran ídolo de masas cumplió años ayer, 28. He de decir que empiezo a tener canas, cuento como unas 20 o así, empiezo a parecerme a Jorge Cluni, cosa que me parece estupendo.

Para que el día hubiera sido perfecto lo ideal hubiera sido no trabajar, pero no todo se puede tener en esta vida. Así que estuve pringando hasta las 6 de la tarde y me fui a casa. De allí al Grancasa a comprar, la bella doctora me regaló unas gafas de sol, y luego estuvimos mirando ropa para mí.

Para cenar fuimos al Ric27, un restaurante del centro que nos gusta mucho. Si tenéis un rato pasad por allí, os cuidarán bien y saldréis rodando :-).

Ahora me voy a la playa a desconectar una semanica, que falta me hace. Allí comeremos bien, iremos al cine a ver los Minions bien, iremos a PortAventura bien, dormiremos bien… Todo bien 🙂

Así que hasta que veáis mi próxima entrada intentad pasarlo lo mejor que podáis, y no lloréis por mi ausencia.

Os dejo una imagen que me hizo gracia. Google se pegó todo el día felicitándome (cada vez que abría el navegador veía esta imagen) pero no caí hasta que la bella doctora me lo dijo. Al poner el ratón encima… TARAAAAN!!!

 

Y au! 🙂