0

Amor entre hermanos?

Hoy debo estar hablador. No sé por qué, puede ser porque en épocas de exámenes apenas nos comunicamos. Nos pegamos el día mirando y remirando temas, entendiendo (o intentándolo) lo que deberíamos haber entendido hace tiempo, y sin preocuparnos por nada más que por estudiar. Tarde o temprano eso acaba pasando factura, pero bueno.

Por lo pronto, el no hablar con casi nadie – y eso que hoy he tenido bastante cháchara – hace que te pares a pensar en cosas que ves, o lees. Y el otro día ví una noticia que me llamó la atención.

“Pareja de británicos ve su matrimonio anulado por ser hermanos, cosa que no sabían”. Joer… a veces entre coñas he oído, e incluso dicho, por qué no reconocerlo, cosas como “Buah… si yo tuviera una hermana como X olvidaría el parentesco y le haría un arreglo bien hecho”. Vamos… estas cosas se pueden decir, te echas las risas, y todo lo que quieras, pero a la hora de la verdad no es así. A una hermana no se le toca un pelo. Es más… OJO no te la miren delante tuyo (a la hermana, MALPENSADOS), que le partes los morros a quien haga falta.

Esta noticia me ha llevado a pensar en cosas en las que hasta ahora había pensado, pero nunca como si pudiera darse el caso. ¿Qué haces si la persona de la que te enamoras es tu hermana? ¿Se lo dices? ¿Intentas algo? ¿Cómo reaccionas en este caso ante la respuesta “No… es que, yo te quiero mucho, pero es más bien como a un hermano”?. Eso suponiendo que te atrevas a confesarle lo que sientes, que es mucho pedir.

Cualquiera que lea esto pensará (yo también lo pienso): “La respuesta es obvia, ¡CERDO! Es tu hermana y nunca pasará eso”. Además (Paco no te lo tomes a mal! jejej), a mí mi hermano no me produce apetito sexual. Pero pongamos otro caso.

Tu vida es monótona, no tienes a nadie en mente y todos los días son lo mismo. Te levantas, vas a trabajar en lo mismo del día anterior, comes, vuelves a trabajar, y cuando sales te vas a tu casa a descansar y ver la tele, como haces siempre. Pero un día conoces a una chica guapa, simpática y que además (porque tú no eres muy ligón) responde a tus patosos intentos de flirteo. Así que quedáis, tomáis algo, y pasáis una tarde estupenda, riéndoos sin parar. Notas que hay sintonía, así que decides invitarla a cenar otro día. Tres cuartos de lo mismo, sigues viendo que esa tía te hace reír, te escucha y te entretiene.

Los meses pasan volando, y lo que empezó como un “entretenimiento contra tu vida monótona” se ha convertido en un romance, que poco a poco va siendo más y más serio. A lo que te das cuenta estás viviendo con ella, y enamorado del todo. Así que te lanzas, la invitas a cenar a un buen restaurante, te pones guapo, compras un anillo de los que sabes que le gustan (estoy ambientando un poco, si no es muy soso esto!), y allí en plena cena te arrodillas y le pides matrimonio. Ella te da un “Sí, quiero” y todo el restaurante aplaude emocionado.

Así que, y dejando la parafernalia a un lado, que ya me aburre, os casáis. Todo os va bien, pero un buen día… CARTA DEL JUZGADO (o de quien proceda): “Su matrimonio está anulado porque usted y su señora salieron del mismo chorrete”. ¿Qué haces ahí? Por un lado la quieres pero por otro… es tu hermana, coño! Yo no sé bien qué haría.

Una parte de ti supongo que pensará “Tío, déjala, que es tu hermana, esto no está bien!”. Otra, la romanticona, y que por cierto todo el mundo tenemos por muy peliculera que sea, dirá “No!! No la dejes, la quieres, la quieres de verdad!”. Supongo puede haber una parte de ti bastante práctica y viciosa que diga “Vamos a ver! Tu la has visto en pelotas, no? Llevas 3 años ventilándote a tu hermana, y te va a importar ahora?”

Es un dilema bastante complicado, porque aparte del “qué dirán” está la forma de pensar que desde siempre se nos ha inculcado sobre la familia. A las hermanas no se les mira nada más que la cara. Me gustaría saber cómo ha acabado la noticia, qué han hecho estas personas, y cómo se sienten ahora. Debe ser muy duro enterarse de algo así, siendo que además se conocieron por casualidad, porque ninguno sabía que el otro existía.

No creo que esta pareja se meta a ver mi humilde blog, y aunque lo hicieran no creo que sepan mucho español, así que no espero una respuesta suya. Pero en cualquier caso, quisiera mandarles un abrazo desde aquí.

Lo dicho… ánimo.

Categorías Publicado en: Mis Rayadas Etiquetas Sin etiquetas
0

Ya llegó… la enculada empezó

Bueeeeno!!

Parece que ya toca sufrir. Tanto tiempo pensando “quedan 2 meses”… “queda 1 mes”… Ya no queda nada. La primera semana no ha salido mal. Las prácticas se han podido entregar a tiempo, nos llevamos buenas caras de los profesores, y aun me dio tiempo para retomar contacto con gente que hacía que no veía.

Ahora la preocupación viene con numérico, que aunque bien es verdad que lo llevo estudiando tiempo, no tiene muy buena pinta. Por lo pronto voy entendiendo “Ruge-Puta”, que tiene toda la pinta de ser mi llave para el aprobado. Sólo falta esperar que el tío Carmelo no se cebe, tenga una buena jornada en casa (siendo fino por si lee esto xD) el día que escriba las preguntas del examen, y tenga otra BUENÍSIMA jornada cuando los corrija. De ser así, el aprobado es posible. Y si no… la virgen del Pilar igual me ayuda.

Lo demás me da la impresión de que se va estabilizando, aunque a base de no tocar nada. Lo mejor es quedarse quieto y que los días pasen, centrarse en el pepino que me van a meter en los exámenes, y no pensar en nada más. Pero también sigo viendo cosas que no entiendo y que no puedo preguntar. Para qué? No voy a creerme las respuestas, así que… Qué sentido tiene? Pues ninguno.

Ahora estoy pensando. ¡Cómo me gusta versionar los refranes y dichos populares! Es mucho más ameno escucharlos y recordarlos si los “adornas pornamente”, o los enfocas hacia alguna estupidez. La frase que más pienso estos días es: “Cuando llevas un rato colocándote por el olor a pies, dejas de olerlo”.

Ale, es todo lo que quería decir hoy. Otro día mas.

Categorías Publicado en: Mis Rayadas Etiquetas Sin etiquetas
0

En la linea de siempre

Pues seguimos, sí. Con el paso de las semanas las cosas van cambiando, pero siempre en la misma línea. Todo parece que va a evolucionar de una manera, pero en último momento algo se tuerce y sale distinto a lo esperado (no necesariamente mal). Con cada nuevo sobresalto hay que tomar nuevas decisiones, y en la mayoría de los casos no son fáciles de cumplir. Lo que está claro es que una vez tomadas no puedes empezar a lamentarte, ni a pensar que te has equivocado. Y menos cuando el tiempo corre en tu contra, porque rectificar puede ser fatal. Si está mal…. mal está. No hay más.

Lo que ciertamente se me hace difícil es mantener la boca callada, verlas venir, y tener que decir “¡Que bien!”. Jajajaj, además tiene que resultar creíble, cosa que muchas veces es todavía más complicado si no tienes algo con que distraer la atención. Pero así están las cosas, y así tienen que seguir, al menos hasta dentro de unas semanas más. Luego tendré otro sobresalto, y volveremos a lo mismo, nuevas decisiones, y a esperar que hayan sido las correctas.

Otra cosa a tener en cuenta es el miedo. Y es que decidamente creo que es lo que hace todo más lento en esta vida. Por una parte es beneficioso, pues sirve como filtro contra las acciones locas, sin fundamento. Miedo al fracaso, a la reacción de alguien, a la de uno mismo… Hay miedos variados, pero todos ellos igual de beneficiosos y malvados a la vez. Porque cada vez estoy más convencido de que si se dejan los miedos a un lado, y se hacen las cosas con cabeza, muy probablemente salgan mejor.

Pero bueno, cada cual a lo suyo, y yo de momento a lo mío. El tiempo dirá si todo esto que pienso es acertado o no. No quiero pensar que sí, pero no encuentro otra opción. Si me equivoco, ¿por qué veo lo que veo?

Día tonto hoy, mucha intención pero poco resultado. Eso sí, el descanso de hoy no lo cambiaría. Ha sido un descanso productivo.

Ale, después de esta parrafada aparentemente sin sentido, toca irse a la cama, no sin antes echar un meo y un cigarro.

¡A cascala!

Categorías Publicado en: Mis Rayadas Etiquetas Sin etiquetas
0

Solo decir…

Se me ocurren unas cuantas cosas para contar al resto del mundo:

1. JODEEEEEERRRR… :S

2. SI!

3. NO! Como te lo cuento.

4. Pues a ver…

5. Y encima tengo que empezar a mirarme regresión, y sólo tengo 2 santos días.

6. Al menos, y algo es algo, la practica de Labcomp va algo mejor.

7. Mi padre es Dios

8. Mi madre no se queda corta.

Es todo lo que necesitaba decir. Otro día más, y mejor.

Categorías Publicado en: Mis Rayadas Etiquetas Sin etiquetas
0

Predicar con el ejemplo salva vidas

Curioso….

Hace algún tiempo se instauró el archiconocido por todos carnet de conducir por puntos, en el que por cada infracción que cometes se te van eliminando puntos hasta que, al llegar a cero, has de sacarte el carnet de nuevo. La idea parecía en principio algo rígida y se pensó que tal vez ayudaría a reducir las cifras alarmantes de muertos en la carretera a lo largo de los años.

Se ha comprobado que la gente sigue saltándose las normas igual. El miedo a perder los puntos que había al principio se ha esfumado, y creo que no hay absolutamente NADIE que cumpla la normativa.

Ayer echaron en Antena 3 un reportaje que me gustó bastante, en el que se enseñaban las principales y más frecuentes infracciones, pero no sólo cometidas por la gente “de a pie”, sino también por personalidades como el señor Alberto Ruiz Gallardón (Alcalde de Madrid y gran impulsor de todas las medidas que conciernen a la seguridad vial), o incluso el gran Pere Navarro, DIRECTOR GENERAL DE TRÁFICO.

¿Cómo puede ser que ni siquiera la gente que intenta dar ejemplo cumpla la normativa? ¿Será que no actuan con responsabilidad? ¿Será que las propias normas que se tratan de imponer son ridículas?

Yo pienso que un poco de las dos cosas. Los límites de velocidad deberían ser lo suficientemente razonables como para que nadie tenga que circular CON SEGURIDAD a 30 km/h más de lo permitido jugándose varios puntos. No digo que me guste correr y conducir temerariamente, pero sí subir un poco los límites, equiparándonos a algunos países europeos en el que están más altos, y curiosamente la mortalidad por exceso de velocidad es menor.

Sí creo que habría que endurecer la ley en algunos aspectos, como son el cinturón de seguridad, la ingesta de alcohol, y cómo no el teléfono móvil. Son causas de muchos accidentes, y creo que deberían tratarse como algo muchísimo más serio de lo que se están tratando.

Gran reportaje el de ayer, gran decepción por la actitud de quienes intentan imponernos esas medidas (ellos no las respetan), y grandes los bolsillos de Tráfico, que con tanta multa se está haciendo de oro.

Me gustaría ver una multa del señor Navarro, para quedarme tranquilo y ver que este sistema es “algo” justo para todos… :S

Categorías Publicado en: Mis Rayadas Etiquetas Sin etiquetas
0

¿Quién nos enseña?

Ayer estaba “espatarrao” en el sofá, y de repente me entro una sed horrible. Así que, ¿qué hice? Parece lógico: Me levanté, fui a la nevera, esa caja tonta que me da tantos y tantos momentos de placer, y enganché la botella de agua fresca.

Entonces se me ocurrió una pregunta bastante tonta. Desde pequeños se nos enseña a escribir, a leer, se nos educa para que seamos respetuosos, blablablablabla. Pero, ¿quién nos enseña qué es la sed, el hambre, o las ganas de mear? Son cosas que cuando nos entran sabemos donde tenemos que ir, sin que nadie nos lo diga.

Nadie confunde el hambre con las ganas de mear, ¿pero por qué no? Será que eso nos viene por naturaleza, está claro, son cosas que hacemos por instinto. Los animales lo hacen así, y nosotros no nos podemos salvar, porque al fin y al cabo es lo que somos. Animales.

Claro, todo esto me llevó a pensar… ¿dónde acaba nuestra parte de animal?

Está claro que nosostros mismos nos imponemos ser animales hasta un cierto límite. Con las leyes nos aseguramos (o lo intentamos al menos) de que nadie mate a nadie por comer, por territorio, por una hembra… Hay quien se prohibe voluntariamente el sexo (acto que de por sí es natural, y lo hacen todas las especies animales). Y muchos ejemplos más.

Esto es lo que nos diferencia de los animales, que podemos decidir hasta qué punto lo somos.

Qué rayada me metí con este tema… Porque por otro lado pensaba… ¿Qué pasa si se te olvida que la sed se alivia bebiendo agua? ¿O si piensas comiendo te quitarás la gana de mear. ¡Pues es una faena, seguramente nos moriríamos pero no sabríamos por qué!

Jajajaj, en fin, tampoco tengo mucho más que decir sobre este tema. Son pijadas que se me van ocurriendo mientras hago cosas en casa, o mientras vuelvo a casa andando desde el CPS (casi una hora da para pensar mucho).

A ver que chorrada suprema se me ocurre la próxima :-)

Seguiré informando de mis grandes conjeturas ….

Categorías Publicado en: Mis Rayadas Etiquetas Sin etiquetas