0

Salida aparatosa de la Expo

Parece que últimamente sueño cosas curiosas continuamente.

En esta ocasión me encontraba en la Expo, en el último día. Ya habían sido los fuegos artificiales que clausuraban el evento, y todo el mundo nos disponíamos a salir del recinto. Había muchísima más gente que de normal, tal vez millones de personas.

No encontraba ninguna salida, excepto puertas de embarque, a través de las cuales llegabas al avión que te llevaba a tu destino. Mi casa podía verse desde las taquillas, pero una empleada me ha dicho amablemente que la linea Expo6 estaba fuera de servicio, así que tenía que cogerme un avión a Madrid, para empalmar desde allí con un Ave que me dejaba en la Intermodal.

La reserva del billete ha sido algo complicada, había mucha gente y faltaban escasos minutos para el despegue. Y cuando sólo quedaban 2 minutos para que se cerraran las puertas de mi avión (el penúltimo antes de que se sellaran todas las salidas), me he acordado de que tenía uno reservado. Sólo tenía que encontrar una Ibercaja e imprimir el justificante de pago.

Esto tampoco ha sido tarea fácil. Esos cajeros eran complicadísimos de entender, incluso para mí, que había formado parte de los programadores que habían diseñado el «sof-guar». Resultado: he conseguido el impreso JUSTO cuando las puertas de embarque cerraban. Así que sólo quedaba una opción: Coger el último vuelo.

Para ése no ha habido problema, y he conseguido embarcar a tiempo, sólo 10 minutos después de perder mi avión. Peeeero, cuando estabamos despegando, por plena carretera de Logroño, el piloto ha perdido el control del avión y hemos caído al mar.

El agua estaba helada, así que en pocos minutos quedábamos 2 supervivientes: Miguel Ángel (Micky), que se había encerrado en un baño con cama para fumarse un peta, y yo, que me he agarrado a una rueda de tractor del avión (sí, las ruedas de este avión no eran normales, como tampoco lo es este sueño).

Por suerte, los 2 hemos sido rescatados por una ambulancia marca Seat, y una lancha motora que circulaban por la carretera de Logroño, a la altura del kilómetro 38, junto a Pikolín.

No recuerdo nada más del traslado al hospital. Sólo sé que he despertado en mi casa de las afueras, con mi mujer tumbada en el sofá que está al lado de la cama, en el salón. Curiosamente, era la rubia de Las Migas, una amiga de varias amigas, a la que siempre que veo (en la realidad) le pido matrimonio.

Hemos estado hablando del partido de Rugby que el Real Zaragoza había ganado, gracias a un triple magistral de Ewerthon, y de algún detalle más que no recuerdo ahora mismo.

Y en ese momento… el despertador ha sonado. Eran las 9 y 20 de la mañana, e inevitablemente el señor Bejar llevaba 19 minutos dando clase de Compiladores. NO!! Me he quedado dormido, otro día más.

Veremos qué toca esta noche. Hoy por lo pronto he aprendido la lección: No te fíes del código que tú mismo programes, o acabarás congelado en las frías aguas de Pikolín.

He dicho.

Categorías Publicado en: Sueños raros Etiquetas Sin etiquetas
0

Las calles oscuras

Anoche tuve un sueño raro, otra vez.

La verdad es que últimamente no hay motivos para soñar cosas como esta. Mi vida está bastante tranquila, sin grandes sobresaltos, sin disgustos, ni malos royos… Nada.

Las fiestas del Pilar me dejaron con un par de kilitos de más, algo de resaca, un catarro más que aceptable.. En general un buen sabor de boca. Más en particular, a calimocho (mucho), seguido de unos huevos fritos con chorizo, patatas y panceta, acompañados de una jarrica de medio litro de cerveza con limón bien fría.

Pero aun con toda la calma que últimamente reina (o casi) en mi vida, soñé esto, cosa que me angustió pero me gustó al mismo tiempo.

Iba yo paseando por Zaragoza por la noche, hacía buena temperatura y no había cierzo. De repente, sonó un megáfono:

– «Señoras, señores, tenemos que cortar la luz, cuídense mucho y confíen en la gente».

Nadie se lo podía creer. Zaragoza entera completamente a oscuras. Se oían pasos por todos los lados, gente corriendo con mecheros en las manos. Y lo que más me llamó la atención es que nadie se atrevía a estar a menos de 5 metros de otra persona. Sólo unos pocos corrían en grupo, pensando que así los atracadores no se atreverían a ir a por ellos.

¿Qué atracadores? Si estaba todo el mundo ACOJ*N*O, como para pensar encima en quitar el dinero a los de al lado!!

En mi caso me junté con una chica y 3 chicos más, y fuimos por varias calles, siempre a una distancia prudencial unos de otros, hasta una explanada iluminada, que resultó ser mi queridísimo «Centro de Primaria de Springfield».

Ahora el Ada tenía 9 plantas, nadie sabe de donde salieron las que en la realidad no he visto nunca. Y subí a la 6º. Allí había una sala con 31 ordenadores, y muchas máquinas recreativas. Los técnicos habían invadido el edificio y lo habían convertido en un sitio mejor para estar. La gente iba en pijama, comiendo por los pasillos y encima de los ordenadores, jugaban a juegos de matar marcianitos (de esos de los recreativos)… Vamos, bien.

Y yo me subí a una máquina de esquí, que es lo que más me gustaba. Pero justo la luz se fue allí tambíen, y se escuchó un «TRES, DOS, UNO Y………»… Y entonces:

«Riiiiiiiiiiiiiing» —-> FRUTO (o palabra similar) despertador, me ha despertado.

Ahí ha acabado mi sueño, y no me ha quedado otra que levantarme.

Cosas curiosas las que sueño, esta no se salva.

Bueno, por hoy me despido, voy a ver si esta vez hay suerte y sueño cosas «menos contables :-P».

Buenas noches, HE DICHO.

Categorías Publicado en: Sueños raros Etiquetas Sin etiquetas
0

Oso polar, matón y desnudo

Joer… hay que ver lo que he soñado esta noche. Hacía mucho que no ponía un sueño raro aquí, así que hoy es buen momento.

Hoy he tenido 3 sueños que me han llamado la atención, así que me he levantado acordándome de todo, y gracias a eso puedo contarlos.

En el primero, yo tenía un amigo oso polar y otro foca. Íbamos los 3 por la nieve, y de repente todo se empezaba a hundir. Nos íbamos a ahogar, pero justo en ese momento mi amigo el oso se ha sacrificado por nosotros, y se ha dejado «asesinar» por la nieve, que desaparecía bajo nuestros pies.

Yo, por la gran tristeza por haber perdido a mi amigo el oso, me he convertido en uno! Así que mi amiga la foca y yo (ahora oso polar), íbamos por la estación de esquí gritando: «OEOEEE!!!». Y yo gritaba «SIIII, SOY UN OSO POLAR Y HABLO!!».

Todo el mundo estaba flipando por ver a un oso polar hablando, y me tenían miedo, pero yo era un bicho amigable, así que me hacía amigo de los niños, que me cogían de la patita y todo. Qué monos, oye!

Y luego ha aparecido mi padre, que sabía que aunque aparentara ser un oso, seguía siendo yo. Así que me ha llevado a la parte de atrás de la casa (no sé de donde ha salido esta casa), hablándome de mi madre, y me ha dejado jugando en la parte de atrás, que era nada más y nada menos que la misma estación de esquí, pero sin nieve, toda verde y frondosa.

En el segundo sueño, Francesco y yo nos hemos peleado (y ojo, Fra me cae de P*T* madre, así que no penséis mal), y yo, aun sabiendo que él era cinturón negro de Karate, no me amedrentado. Eso sí… algún que otro guantazo he llevado, pero bueno, no dolía. Es lo bueno que tienen los sueños.

Y en el tercero, estaba en una especia de edificio con oficinas, y he empezado a pelearme con mi primo. Pero al segundo golpe me he cansado, y me he ido. He aparecido en unas escaleras, y he empezado a bajarlas corriendo para salir del edificio. Después de las escaleras he recorrido pasillos hasta llegar a la puerta, pero cuando iba a salir, me he dado cuenta de que toda mi ropa (que la había estado llevando en la mano, y parece ser que iba en calzoncillos) se me había ido cayendo todo por el edificio.

Así que he empezado a buscarla como un loco, y menos mal que las de la limpieza me la han ido recogiendo por las distintas plantas y me la han dado toda. Además me han dado un calcetín de más (que era mío, pero no lo llevaba puesto, así que no se de donde habrá salido).

Y ya, he aparecido en una especia de casa junto a un lago, que era propiedad de mi amigo Antón (otro del CPS). Resulta que su padre era el dueño de Repsol. Y allí estabamos él, otro amigo y yo, cuando de repente el otro amigo se ha encontrado un billete de 25000 pesetas, que yo he estado comprobando de mil formas distintas a ver si era falso.

Aún he soñado algo, que tenía que ver con que Gomezlol (otro cepesiano) me dejaba encerrado en una antigua sala egipcia con tesoros, pero como no me acuerdo bien del todo no lo cuento.

¡¡¡Qué interesante!!! A ver esta noche si sueño otra vez así 😛

Categorías Publicado en: Sueños raros Etiquetas Sin etiquetas
0

El ajedrez de mi sueños

Bueeeeeeeno, por fin he conseguido tener un sueño algo curioso para contar y acordarme por la mañana!

Después de varios sueños extrañísimos que me han hecho despertarme sobre cosas pasadas que no vienen a cuento, y que por eso no voy a contar, he vuelto a conciliar el sueño y he soñado esto:

Todo pasaba en mi pueblo, en el frontón que hay en las piscinas. El frontón no tenía nada de particular, eran las dos típicas paredes verdes altas, con una línea blanca horizontal en una de ellas. Había conseguido evitar varias granadas de un general loco con camiseta de tirantes. Además eran granadas especiales, no explotaban al caer al suelo, sino que permitían 3 botes antes de explotar. Así que podías hacerlas rebotar en paredes para alcanzar a tu enemigo por sorpresa.

Bien, después de esquivarlas, (tonto de mí, debería haber huido) me ponía a gritarle al general:

– EEEEEHHHH!!! Pringao!! Que me he salvado!!!

Justo entonces, el suelo del frontón se convertía en un tablero enorme de ajedrez, en el que había 4 fichas: Dos reinas negras, y un peón y rey blancos. Él me decía:

– Lo tienes crudo para ganar, y como no ganes ya sabes lo que te toca.

Efectivamente, en 3 movimientos yo había perdido la partida, y sabía lo que me tocaba. Tenía que dispararme con su pistola en uno de los dos tobillos, el que yo eligiera.

Aquí ha habido un cambio de escenario, y pasaba ahora a encontrarme en mi casa del pueblo, siendo ahora el general, mi padre. Esto me daba algo de ventaja, podía entretenerle dándole palique a ver si se le olvidaba. Pero no, el mamón se acordaba perfectamente. Así que he aprovechado cuando ha subido al baño del piso de arriba para salir corriendo de casa. Él ha salido detrás, corriendo detrás de mí hacia la “Iluminada” (una tienda de gominolas y papelería).

Menos mal que he encontrado un vecino que entraba en casa y le he pedido que por favor me dejara entrar a por un vaso de agua… Si no, tobillo fuera!

Ahí ha acabado el sueño. Me he despertado sólo en casa, con los tobillos en su sitio, y con un hambre increíble, así que me he ido a desayunar, sano y salvo.

Qué cosas mas raras sueño, DIOS!!

Categorías Publicado en: Sueños raros Etiquetas Sin etiquetas
0

Loixiyo «zero-zero-siete»

Hacía tiempo que no tenía sueños raros “contables”. Estas semanas con el estrés de los exámenes estoy teniendo sueños bastante curiosos, algunos con cosas que se supone que estaban ya zanjadas en su día.

Pero bueno, el de esta noche me ha gustado bastante. Han sido dos, en realidad. Aquí van:

“En el primero, yo era un agente infiltrado en mi instituto de Utebo. “El cabezón” (célebre profesor de aquellos tiempos en los que estaba) era el asesino que estábamos buscando. Llevaba una enorme escopeta con mira telescópica bajo la gabardina color beige. Yo le esperaba en un pasillo, y él aparecía por la puerta. Pasó de largo hacia el extremo opuesto del pasillo. Así que le he seguido, con la mano en el pantalón, empuñando ya la pistola pero sin sacarla, no podía causar pánico entre los chabales (Por una vez no hablo de sexo… MALPENSADOS).

Bajaba las escaleras, y yo detrás de él, claro. Salía a la calle por la puerta de conserjería, y allí es cuando le gritaba desde atrás: “Alto! Tira el arma al suelo!”. El señor de gran cabeza había tirado la escopeta detrás de un árbol al oír mis pasos, pero aún llevaba una pistola dorada, que dejó en el suelo al oír el grito.

En esto que salía mi padre por la puerta también, y descubría mi verdadero trabajo… Lo guay es que en lugar de asustarme, le decía “papá… aguanta las armas, anda”, y le daba la escopeta, la pistola plateada, y todas las demás que iba encontrando en los bolsillos del malo mientras le registraba (una docena! pobre padre mío, ahí que se le caían porque no le cabían más encima).”

El otro sueño es más corto, pero ha molado también.

“Estaba en un parque con casetas comiendo con los amigos, cuando he visto que un avión venía volando raso. Y he visto como un rayo le caía encima. En ese momento ha empezado a arder, y yo pensaba “se estampa, se estampa”… FIIIIIIUUUUUUUUU…. PLAF!!! Ya se había estampado. Estaba en llamas, pero curiosamente ningún pasajero ha muerto. Han empezado a salir todos con una calma…. Como si no pasara nada! “

Ha sonado el despertador, y me he despertado. Eran las 9 y media de la mañana y había que empezar a estudiar…

Categorías Publicado en: Sueños raros Etiquetas Sin etiquetas
0

Gente que vuelve

No sé bien por qué. Puede que por el estrés de los exámenes, o porque estas últimas semanas han sido de tener muchas, muchísimas cosas en mente, no sólo con los estudios. El caso es que prácticamente a diario sueño con gente que de alguna forma estuvo en mi vida pero ya no lo está. No volvemos a entablar relación, trabajar juntos, etc… simplemente aparecen ahí. En la mesa a la hora de comer en el CPS, en mi casa, en casa de mi abuela…

No tiene por qué ser un sitio o una situación lógica. Hay quien ha aparecido en el cuarto de mi abuela (donde NUNCA había estado antes), o cosas por el estilo. Son sueños sin sentido, pero lo que tengo claro es que si gente “desaparecida” vuelve a aparecer en mis sueños… igual es que los echo en falta, aunque sea inconscientemente.

Entre los pródigos hay gente muy variada. Y no es agradable ver que una vez que te has acostumbrado a no tenerlos a tu alrededor, se cuelan por las noches a darte mal en tu único rato de tranquilidad. ¿Quién les ha invitado? NADIE. Pero ahí están.

También es de preocupar que cosas de las que hacen cuando aparecen en mis sueños se cumplan después en la realidad. No es la primera vez que me ocurre. Y no creo que es que yo sea un nuevo mesías, o un Aramiso Luister ni nada así. Lo que sí que creo que soñar es como… “aprender sin querer”. En los sueños todo lo que tenemos en el subconsciente sale a la luz. Cosas que hemos visto pero que no hemos asimilado (o igual no hemos querido hacerlo) quedan a la vista. Por eso, las cosas que se han cumplido después, creo que ya sabía que iban a ocurrir, pero no quería darme cuenta. Y claro, cuando duermes no controlas lo que quieres pensar y lo que no.

Sirva esto para anticiparse y no llevarse sorpresas (hoy me he llevado una, pero ya la había soñado). Presta atención a lo que te pasa por las noches, porque en algún detalle estará la clave para el día siguiente.

He dicho.

Categorías Publicado en: Sueños raros Etiquetas Sin etiquetas