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Colega, ¿dónde está mi suerte?

Hoy ha sido un día de esos que esperas que acaben cuanto antes, de esos que dan ganas de encerrarte en un cuarto vacío para no liarla. Os lo voy a resumir bastante:

8.30 de la mañana:

Loixiyo entra a trabajar. El día promete ser largo pero interesante.

11.30 h:  

Loixiyo ha hecho 10 ensayos de una instalación antes de proceder en el ordenador «importante». Todos ellos han tenido éxito así que procede a cerrar el asunto. Todo va bien, tenemos otro éxito …. PUES NO. Hay errores que, aunque no dependen del nuevo software, hacen que la aplicación no funcione como debería. No pasa nada, es hora del almuerzo.

11.35 h:

Loixiyo quiere un sandwich de la máquina expendedora. Hay que meter el dinero, y pulsar EH. Por alguna razón pulsa AJ, y en lugar del sandwich sale una caña de crema fría, seca y dura. Si al menos hubieran sido unos donetes…

11.50 h:

Loixiyo vuelve a su puesto, soluciona parte del problema. El resto se solucionará cuando se instalen el resto de los módulos que todavía no están en ese ordenador. Cambiamos de proyecto.

14.00 h:

8 ensayos de instalación en el ordenador de Loixiyo e incontables pruebas adicionales aseguran que a instalación en la máquina del cliente no dará el mínimo problema. Es hora de comer, luego sigo 🙂

15.00

Procedemos a la instalación. Subimos un archivo, OK. Subimos otro, OK. Subimos otro, OK. Subimos otro… … … No ocurre nada. No hay forma de mirar los registros de errores, la única información segura es que «por alguna extraña razón, mi aplicación no funciona».

17.00 h

Después de muchas pruebas, Loixiyo ha de apuntar una serie de números en un papel para que su jefa le solucione un problema. Loixiyo los apunta. La jefa vuelve 3 veces a decirle que ya está solucionado, pero el problema sigue ahí. A la cuarta intentona, la jefa quiere que le enseñe el número. Loixiyo ha escrito mal los números en el papel.

17.20 h 

Después de dos conversaciones telefónicas con una moza muy simpática que trabaja en la empresa cliente, confirmo que no puedo trabajar más. Los archivos que necesito los recibiré mañana a primera hora.

18:20 h

Loixiyo ha terminado su accidentada jornada laboral y se va a la calle a por el coche. Deja la mochila en el suelo y se fuma un cigarro con su compañera. Al terminar, suben cada uno a su coche y abandonan Plaza.

18.40 h

Loixiyo está en casa, ya nada puede salir mal a partir de ahora. ¿O sí? ¿Os acordáis de la mochila que he dejado en el suelo? ¿He dicho que la hubiera metido en el coche?

18.50 h

De vuelta a Plaza Loixiyo empieza a dudar… ¿No habré metido la mochila en el asiento de atrás?

… (Misterio) …

… (Más misterio) …

NO.. La mochila estaba en Plaza. Y menos mal, porque si no hubiera vuelto para nada.

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Y digo yo: ¿Qué probabilidad hay de que todo lo que pueda salir mal en un día (y lo que no) salga mal? Yo diría que una entre 25.000 millones. Así que como esa es la probabilidad de que me toquen los 156 millones de euros, el viernes jugaré. Si dios existe y es justo, compensará la balanza y no volveré a trabajar.

Ale, detallado mi desastre de día, me voy a dormir.

Y au! 🙂

PS:    ¡¡Caracoles!!

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