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De dos en dos

Llevo todo el día con las prácticas de numérico, y por fin puedo empezar a pensar que he terminado la de interpolación. Al menos casi casi. Sólo falta un ejercicio, así que no vamos mal.

Merece la pena hacer un descanso de 20 minutos para escribir un poco aquí, y fumarme un cigarro de los gordos. Hoy voy a hablar de la imperiosa necesidad que hay en el universo para que existan siempre las cosas “a pares”.

La naturaleza es sabia. ¿Por qué tenemos dos manos? ¿Por qué tenemos dos glúteos, dos pechos (las mujeres más hermosos, por cierto), dos cojones…? Creo que la respuesta es obvia. Si tuvieramos más manos que pechos, nos sobrarían manos libres. Si tuvieramos más pechos que manos, entonces sobrarían pechos, lo cual sería un grave delito. No puede haber un pecho que no reciba su mano :-P

Tenemos dos ojos para poder ver en tres dimensiones, dos piernas para no perder el equilibrio, dos agujeros en la nariz, dos orejas…

Los resultados se clasifican en “buenos y malos”.

Claro y oscuro, frío y calor. Los antónimos SIEMPRE son de dos en dos.

Un ordenador solo entiende “ceros y unos”, dos.

El día y la noche, momentos en un día, otros dos.

Izquierda y derecha, caminos a elegir, dos más para mi colección.

El dúo dinámico, Enrique y Ana, Rajoy y Zapatero … Parejas célebres, siempre de dos.

Epi y Blas, con todo lo que nos hicieron reír de pequeños, también eran dos.

Como puede verse con sólo estos pocos ejemplos tontos que se me ocurren, las cosas suelen darse de dos en dos en muchas ocasiones. Y esto es algo que odio. Porque digo yo:

Mientras tocas una teta, ¿acaso no puedes querer una mano libre para rascarte la nariz?

¿No existe la posibilidad de obtener un resultado que sea “regular”?

¿Qué hay de cuando amanece? ¡Mis mejores desayunos son huevos fritos con chorizo al amenecer!

¿Un hombre bien dotado, no puede sentirse trípode?

Hay quien le gusta el clima templado, no torrarse en verano ni congelarse en invierno.

El ordenador no sólo entiende ceros y unos. Cuando no funciona una buena hostia le suele venir bien (y perdón si hostia se escribe con o sin h… ahora mismo paso de ponerme a buscar).

A la izquierda hay un camino que lleva a un precipicio, y a la derecha uno que lleva a un león con hambre. ¿Por qué no seguir recto si ese camino te lleva a una tía en pelotas y un barril de birra fresquita?

Esto es sólo una pequeña reflexión. Tanto par me está empezando a mosquear.

He dicho…

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