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Dejo Rivendel, vuelvo a casa

No había pensado en un final tan estupendo para mi Erasmus. Había imaginado estar en casa viendo series como un mamón hasta las 2 de la madrugada, hora en la que tendría que salir de casa para ir a coger el bus hacia T-Centralen.

Al final, todo ha salido justo al revés. Y hay veces que el hecho de que los planes se «tuerzan» es cuajanudo…

La tarde ha sido un coñazo, limpieza, y más limpieza. Pero antes de cenar he tenido un ratico para despedirme de mi compañero de piso, GoodMorning, acompañados una vez más por el señor Aldana, mi leal compañero de parrandas y viajes.

Después ha tocado ir a ver a la Mafia Croata, a echar unos chatos de vino, y unos aperitivos que se han «currao». Y eso, los lloritos de última hora, abrazos, promesas de visitas por medio mundo… Aunque por una parte sea triste despedirse sabiendo que posiblemente no los volverás a ver, siempre mola ver que has conseguido hacer buenas migas con gente variopinta.

La fiestecilla ha seguido hasta la 1.30, que me he ido a cerrar las maletas y preparar todo para salir de casa. Me han sorprendido, y me han acompañado unos cuantos a la parada del bus para despedirme allí. Y menos mal, porque 40 kg de equipaje no son para llevarlos de paseo uno solo 😀

Es increíble salir de casa a las 2 y media de la mañana y que esté amaneciendo… Es una sensación rarísima. A ver si en  Zaragoza tengo un rato y pongo alguna foto para que la veáis, porque es acojonante, oye.

Ahora estoy en Arlanda, el aeropuerto «No-Ryanair». Son las 5.35, y tengo algo más de una hora hasta que salga mi avión, si no se retrasa. Así que aquí estoy en un StarBucks (sí, hermano, en Rivendel también tenemos), con mi Frapuccino y mi enchufe para el portátil.

Y como de sorpresas ha ido toda la noche, me he llevado otra, no menos grata que las anteriores…

LA WIFI ES GRATIS

¿Y por qué es gratis? Pues según los elfos, porque como ha habido cenizas de volcán, pues regalan 2 horas completamente gratis.

Así que aquí estoy, retransmitiendo en directo mi vuelta a casa.

En fin, os contaré más cosas otro día. Lo que sí puedo adelantar es que, a pesar de lo rancios que son los suecos (que lo son), y de lo buenísimas que están las suecas (que lo están), hay muchas cosas que echaré de menos de este sitio. Pero eso ya es otro capítulo, hoy no estoy para soltar sentimentalismos.

Pues nada, mis queridos frikoides… otro día, más.

Y au! 😀

PS: Suelo ser un gentleman pero… pum pum

1 comentario en «Dejo Rivendel, vuelvo a casa»

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