2

Hoy son cuatro

En cierta ocasión, cuatro tontos acudieron a un restaurante para comer. Se sentaron en una mesa redonda y estuvieron echándose un cigarro hasta que un joven camarero les atendió. Los cuatro pidieron  los mismos primeros platos: Un buen plato de cocido bien calentito que, con el frío que hacía ese invierno, era lo que mejor sentaba.

Unos minutos después llegó el camarero y repartió los platos a los comensales. Primero a las dos doncellas, después a los dos galanes. ¡Qué olor desprendían aquellos platos, por Dios! Pero algo fallaba, hubo que avisar al camarero:

– Camarero, por favor, ¿sería tan amable de probar este caldo?

– ¿Qué ocurre? ¿Está frío, señorita?

– Por favor, pruébelo y dígamelo usted.

– No entiendo, ¿acaso le falta sal, o está muy salado?

– Hágame caso, pruébelo, de verdad.

El camarero estaba cada vez más agobiado

– Qué vergüenza, hay un mosquito, ¿es eso?

– Por favor, deje de hacer preguntas. Pruebe este caldo.

– Pero señori…

– ¡¡QUE PRUEBE ESTE CALDO, COÑO!! ¡¡YA!!

– Está bien, está bien … … …    … … …    … … … Un momento, ¿dónde está la cuchara?

– ¡Anda! ¿Por qué piensa, joven, que le pedía que probara el caldo?

Quería darte la bienvenida, ya somos cuatro. Y por supuesto, un abrazo a los otros dos.

Y ya está 🙂

2 comentarios en «Hoy son cuatro»

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.