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La suiza del McDonald’s

Llevo un par de semanas sin escribir, pero es que me fui con mis padres a Suiza. Pasé un día y medio en Cataluña viendo montes y comiendo bien, y después fuimos al país del chocolate y las navajas multiusos.

El paisaje en Suiza es increíble, verde a más no poder. Por si no lo sabíais el verde es mi color preferido, y de ahí mi pasión por las ranas (fresquitas, verdes, y que cuando les tocas el culo dan saltos, genial, ¿no?).

Un par de noches fui al McDonald’s para racanear la Wifi. Realmente era lo mínimo que podía hacer después de los 12 euros que cuesta un menú que en España cuesta 6.

La gracia del asunto es que una de las camareras, una rubia con cara de ser simpática, acabó convirtiéndose en el tema de mi primer post tras mi vuelta. Os comento:

El primer día ya me las vi canutas para pedir unas patatas. Probé a decirle que quería unas «frites», «French frites», «chips», y al final opté por decirle «potatoes». La mujer, amablemente, me sirvió unas patatas deluxe, en lugar de las finitas de toda la vida.

Hasta aquí puedo entenderlo, la tía no hablaba inglés, y  respondía en alemán a todo lo que le pedía. Así que yo le hablaba en inglés que ella no entendía, y ella me contestaba en alemán, que por supuesto no entendía yo. La conversación del día siguiente fue algo como lo siguiente (os pongo traducciones aunque creo que no hace falta), porque las frases largas no servían de nada:

– Only milk, without coffee: «sólo leche, sin café», es que era para mi madre.

– Akjñfasldkj añlskdf jewñklja sdñflkaje: a saber qué querría decir.

– Milk: «leche»

– Asñkljdsfañ kejfasd klasdj fañsdf : creo que se refería a mi increíble atractivo.

– Milk YES (pulgar en alto), coffee NO (pulgar abajo): «leche sí, café no», ya gesticulando.

– Plakjfañlkesjr ñldkfj ae Macciatto: «blablabla … Macciatto», ahí se refería a leche con un poquito de café.

– YES. Macciato: «Sí, uno de esos», si no podía ser leche, al menos era algo parecido.

Acto seguido dijo el precio, 12 euros por 2 cafés y un helado. Ni que decir tiene que en ese precio no se incluían favores sexuales, un móvil libre de regalo ni un  piso en la playa. 12 euros para eso. Pregunté si por ser universitario había descuento, no me entendió. Llamó a su compañero, y le repetí la frase. Tampoco él me entendió, así que le enseñé el carnet. La respuesta del señor fue la siguiente:

– No, you can’t pay with that card: no puedes pagar con esa tarjeta.

A lo cual yo señalé la tarjeta y dije:

– Student, discount?

¡Ya lo entendió! No, por supuesto no había descuento, así que saqué otra tarjeta y pagué. Menuda tragedia para pedir unos cafés.

¿Será que me he acostumbrado al inglés perfecto que hablan TODOS los suecos? ¿Me toparía con las únicas personas en Suiza que no hablaban inglés?

Fuera lo que fuera (o fuere, que diría un profesor que tuve hace años), me estuve riendo un buen rato. Estuve utilizando un idioma que no era el mío, para que la tía me contestara en otro que no entiendo, para pedir que me estafaran 12 euros. Al menos el helado estaba bueno, y pude tener mi ansiado rato de charla antes de dormir.

Con esto me despido por hoy, a ver si tengo tiempo y os cuento cosillas.

Y au! 😀

PS: Con enchufe al país de la sidra.

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