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Loixiyo «zero-zero-siete»

Hacía tiempo que no tenía sueños raros “contables”. Estas semanas con el estrés de los exámenes estoy teniendo sueños bastante curiosos, algunos con cosas que se supone que estaban ya zanjadas en su día.

Pero bueno, el de esta noche me ha gustado bastante. Han sido dos, en realidad. Aquí van:

“En el primero, yo era un agente infiltrado en mi instituto de Utebo. “El cabezón” (célebre profesor de aquellos tiempos en los que estaba) era el asesino que estábamos buscando. Llevaba una enorme escopeta con mira telescópica bajo la gabardina color beige. Yo le esperaba en un pasillo, y él aparecía por la puerta. Pasó de largo hacia el extremo opuesto del pasillo. Así que le he seguido, con la mano en el pantalón, empuñando ya la pistola pero sin sacarla, no podía causar pánico entre los chabales (Por una vez no hablo de sexo… MALPENSADOS).

Bajaba las escaleras, y yo detrás de él, claro. Salía a la calle por la puerta de conserjería, y allí es cuando le gritaba desde atrás: “Alto! Tira el arma al suelo!”. El señor de gran cabeza había tirado la escopeta detrás de un árbol al oír mis pasos, pero aún llevaba una pistola dorada, que dejó en el suelo al oír el grito.

En esto que salía mi padre por la puerta también, y descubría mi verdadero trabajo… Lo guay es que en lugar de asustarme, le decía “papá… aguanta las armas, anda”, y le daba la escopeta, la pistola plateada, y todas las demás que iba encontrando en los bolsillos del malo mientras le registraba (una docena! pobre padre mío, ahí que se le caían porque no le cabían más encima).”

El otro sueño es más corto, pero ha molado también.

“Estaba en un parque con casetas comiendo con los amigos, cuando he visto que un avión venía volando raso. Y he visto como un rayo le caía encima. En ese momento ha empezado a arder, y yo pensaba “se estampa, se estampa”… FIIIIIIUUUUUUUUU…. PLAF!!! Ya se había estampado. Estaba en llamas, pero curiosamente ningún pasajero ha muerto. Han empezado a salir todos con una calma…. Como si no pasara nada! “

Ha sonado el despertador, y me he despertado. Eran las 9 y media de la mañana y había que empezar a estudiar…

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