Este puente ha sido bastante productivo. Los estudios no han avanzado tanto como yo hubiera querido, pero ha estado bien. Además de avanzar con mi práctica de laboratorio de computadores, tuve una noche de fiesta (pedo bestial), dos noches más relajaditas, pero no por eso menos entretenidas, y varias tardes para estudiar -o al menos intentarlo- regresión. Y digo intentarlo porque es un santo coñazo (con perdón, Germán, pero la asignatura no es santa de mi gran devoción).
El caso es que… el miércoles salí con Samuel y varios colegas suyos más, y conocí a alguien con sentido del ritmo, gusto por la buena música, amante de las letras ricas en vocabulario (porno o no porno, claro está, porque mi gran ídolo de masas escribe sobre lo que le echen)…
Pues sí, alguien que entiende mi gran afición por Chivi y sus canciones. No quería que pasaran los días (no sea que por un casual le dé por entrar a mi humilde blog) sin mandarle un saludo desde aquí.
ARCEGA (espero que no lleve H o me matarás! jojoj), en el paso de ecuador te espero… cantaremos algún temazo suyo.
Aquella noche dió para mucho más, incluyendo una anécdota con los porteros, siempre tan toca-pelotas, chulos y vacilones, que no comentaré aquí, porque tambien mis señores padres entran a veces a entretenerse por estos santos lugares.
Lógicamente el jueves mi resaca era casi tan grande como el exceso alcohólico de la noche anterior. Pero me cundió, programé bastante y avancé en las prácticas.
Viernes y sábado poco hice, dormir en casa de colegas variados, cosa que estuvo bastante bien, claro que sí, y estudiar. Y el domingo… me perdí mi partido del Zaragoza, porque no me enteré. Aún hasta tuve tiempo de rayarme un poquillo por cosas pasadas y solucionadas, pero como siempre ahí estaba la bruja para arreglarlo.
En resumen, un puente atípico, bonito pero con sorpresas inesperadas, pero sobre todo completo.
Esperemos otro como este…