Estas fiestas de Pilar estoy descubriendo cosas que no había pensado antes. Puede ser que yo sea un parras mental, que sencillamente no hubiera coincidido con el hecho pero siempre hubiera pasado, o que realmente sea una moda y de aquí a 10 años sea lo mas normal del mundo. La cosa es:
Ya he visto a 3 tías mear donde se supone que sólo meamos los tíos (por eso de que de espaldas a nosotros nadie nos ve, para nada machismo eh?). El primer caso fue en los conocidos por todos baños de pared de Interpeñas. Estabamos todos los chabales miembro en mano -cada uno con el suyo, claro- y de repente llegó una joven. Se bajó el pantalon, las bragas, se agachó… y ¡ale! entre 20 tíos alucinados meó la muchacha.
El segundo caso fue ya algo más peliagudo. Fue en un edificio de la calle! No buscaron un pino, o la puerta de un garaje, o si me apuras un hueco entre contenedores. NO. Fueron dos mozas a un edificio (posiblemente un banco), con sus escaleritas así todo pichis en la entrada, columnas a los lados de la puerta…. Vamos, no era un portal escondido. NO, NO, NO. Y ahí empezaron a bajarse los pantalones y a preparar el culo en pompa. Por suerte (o desgracia, porque ellas me miraron fatal y luego echaron a reír), yo pasé por ahí y ellas desistieron de su intención. Desde luego…
Pues sí, y es que es así. Si los tíos siempre hemos sido unos cerdos por ensuciar con nuestras orinas las paredes y portales… ahora las mujeres se suben al carro, pero con aún más estilo que nosotros, esto es, luciendo el trasero aunque haga frío.
Ole, Ole y Ole por las mujeres. 🙂