Esto llega a su fin, mis queridos frikoides…
Último mes en Rivendel, últimas fiestas, paseos escuchando un idioma «levanta el ánimo» a cualquiera. Última cosecha de mi buen vino casero, Conde de Esplanaden (2011, y marca registrada).
Mientras tanto no puedo hacer otra cosa que disfrutar, ahora que el proyecto está casi acabado y lo único que falta (más o menos) es escribir la documentación. Así que después de mi viaje a Helsinki con mi compañero de andanzas, el señor Aldana, esta tarde ha tocado visitar el fin de la linea verde, Hässelby Strand.
Bañado por el lago Mälaren, que no digáis que no suena a élfico, Hässelby Strand es un sitio bastante cuco, con playas y todo. Son todo bosques verdes, y cada dos por tres hay playas de arena con embarcaderos, autóctonos haciendo picnic, redes para jugar a «Bolei», barbacoas y demás. La gente va a correr, a pasar la tarde, pasear al perro, entre otras cosas. Y supongo que por las noches irán a echar «kikis», porque yo no paraba de ver sitios y sitios estupendos donde ejercitar mis abdominales.
Así que esta tarde he ido hasta allá para ver qué había y hacer unas fotos, que en esta ocasión se llevan el «Gallardón» a la foto de la semana. Espero que os gusten.
Esta primera la he cogido donde empezaba el bosque espeso. Al principio estaba un poco desilusionado, no era nada del otro mundo. Pero entonces me he dado la vuelta, y he visto algo como esto:
Sólo faltaban Hobbits saltando por ahí. He seguido andando, sin alejarme del lago en ningún momento, porque el sendero lo iba bordando. Y allí he tenido tiempo de sacar otra foto. Para quien piensa que me gusta chuparlo todo (mentes sucias, esta vez hablo en general), os diré que el agua del lago es dulce :-D. Dicho esto, vamos a por la segunda:
He estado caminando cerca de dos horas. No llevaba idea de hacerlo, ni calzado cómodo, pero merecía la pena. En otro claro, mirando atrás, he visto otra cosa a la que hacer foto. Realmente no sé cómo se veía de verdad, porque claro, cualquiera se pone a mirar al sol directamente. Pero esto es lo que ha quedado en mi cámara:
Por último, y después de un rato pensando que se iba a hacer de noche sin salir a una carretera, he conseguido encontrar la parada del metro. No es que estuviera perdido, sólo había bordeado el lago. Pero no tenía ni idea donde iba, sólo quería continuar hasta que apareciera una carretera, y para eso han hecho falta las casi dos horas que os comentaba.
Así que he cogido el metro, y he parado en Brommaplan para coger un bus de allí a Sundbyberg. Pero como faltaba media hora para que viniera, he decidido que unas Köttbullar en el «Tío Ben» podrían sentarme bien. Ya cogería el metro después :-D. Aquí os las presento, plato típico en Rivendel. Son albóndigas con puré de patata y mermelada de arándanos. La ensalada y las patatas fritas era por si me quedaba con hambre, jojojoj.
Y de ahí ya directo a Sundbyberg, porque empezaba a hacer frío y eran cerca de las 11 de la noche.
He hecho un montón de fotos que me gustaría que vierais, pero no se pueden poner todas, porque os aburriría más aún. Así que, al menos tenéis alguna para ver.
Ahora toca dormir, que es tarde y mañana tendrá que cundir. Otro día os cuento más cosas.
Y au! 😀
PS: Espero que estas fotos no se bajen como subnormales profundas …