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Cuando los auriculares te fallan

Es sabido que el CPS «alegra la vida a cualquiera». Yo aquí estoy, escuchando música con el «Espotifai»  y tratando de rehacer las odiosas entretenidísimas prácticas de economía. Ya se han ido las «cucas industrialas» que estaban con «Orador prodigioso», cansadas de tanto Pascal y tanto diálogo, así que no tengo nada entretenido con lo que reírme.

Así que, en un intento de concentración, me ha venido a la mente lo que podría ser uno de los mayores ridículos que se me ocurren ahora mismo. Pongámonos en situación:

Ahora mismo, y como he dicho, estoy en un laboratorio escuchando música y dedicado a labores académicas. Pero perfectamente podría no estar escuchando música sino gemidos locos de dos lascivas señoritas, disfrutando (juntas, claro) algo más que yo con estas prácticas. Y perfectamente podría no estar en el laboratorio rodeado de colegas, sino en una aburridísima conferencia sobre un tema que ni me interesa ni entenderé en la vida. Pongamos además, que el conferenciante tiene la voz monótona y adormecedora, y que decido ponerme los auriculares para no molestar (y que no me pillen escuchar a este par de bellas damiselas desnudas).

Ahora que tenemos el escenario, (RECUERDO: somos unos oyentes aburridos que deciden ver películas «amenas» para entretenerse), vamos al hecho en cuestión:

Lo peor que creo que podría pasarnos, es que, además de escuchar el sonido por los auriculares, se escuchara también por los altavoces del portátil. ¿Imagináis? Pensamos que sólo nosotros oímos lo que está pasando entre María y Candela (nuestras dos amigas, a las que acabo de bautizar), pero no. TODA nuestra fila está al tanto de la acalorada actividad que se llevan entre manos. TODA nuestra fila está escuchando atentamente a nuestros altavoces, como si de un partido en la tanda de penalties se tratase.

Y para colmo, nadie nos avisa de este golpe de mala suerte. Razones para ello, hay varias. Una por no molestarnos, otra porque así pueden seguir riéndose de nosotros, o simplemente para seguir disfrutando de la «ópera» que estoy compartiendo con el resto de la sala.

En fin… espero no verme nunca envuelto en algo como esto. Ahora que os lo he contado ya puedo seguir con las prácticas. Otro día más.

Y ya está 🙂

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Colega, ¿dónde está mi trango?

Qué día más tonto he llevado, DIOS. Hoy, mi «parrismo» ha llegado a un punto sublime, a lo sobrenatural, a lo increíblemente íncreible.

Creía que no era posible, pero una vez más, he vuelto a sorprenderme. ¿A qué me refiero? Bien, contaré la historia.

Érase una vez un Loixiyo que una mañana … Vaya, dejémonos de tonterías. Esta mañana llovía a jarras, me he asomado a la ventana y hay que ver la que estaba cayendo. He estado dudando entre cogerme una capa o un paraguas, pero al final he decidido que como iba a coger el autobús, podía dejar las 2 cosas en casita.

Total, que he salido hacia el CPS. Hacía algo de fresco, pero eran las 9 y pico de la mañana, así que era de esperar que la temperatura subiera (…)

Pues bien, ya en el CPS, me he echado un cafelillo y un cigarro antes de entrar en clase. El joven ha empezado la explicación, y después de 50 minutos entretenidos (CompII es de las pocas asignaturas que me gustan, a pesar de que las prácticas sean INFUMABLES), ha llegado el descanso largo. Así que he recogido los bártulos, pero entonces…

Coño… ¿Dónde he dejado mi trango? He mirado en la percha, y no estaba. Estará debajo de la mesa…. No, no estaba debajo de la mesa. He salido pitando hacia la calle, pero tampoco ha habido suerte. Sólo me quedaba la cafetería, el baño (he echado una meadita antes de entrar a clase), y rezar para que si no estaba allí, alguien lo hubiera dejado en conserjería.

Pero no, no estaba en la cafetería, y tampoco en el baño. Así que he ido, todo afligido a preguntarle a la señora de conserjería. Ella, muy amable, ha mirado en la caja de objetos perdidos, pero no ha habido suerte. He vuelto a clase, ya todo angustiado, no sabía dónde más mirar. Y por supuesto, me costaba creer que me hubieran robado mi forro favorito, que hace muchos años me regalaron.

Intentaba hacer memoria, pero no había manera, y de repente, me ha venido a la mente un pensamiento que había tenido al salir de casa …

«Coño… ya puede mejorar el día, o me voy a arrepentir de no haberme cogido el forro»

SIIII… me había dejado el forro en casa, y ni me acordaba. Así que bueno, todos mis miedos han acabado en ese momento, y entre las risas de todo el mundo a mi alrededor, me he ido a fumarme otro cigarro.

Lo dicho, beber deja lagunas mentales (recientemente comprobado), pero no beber tampoco te libra de ellas.

Y ya está 🙂

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¿El tío Ben usaba Linux?

¿Recordáis la película de Spiderman?

En una conversación entre Parker y el tío Ben, el tío Ben dice:

– «Recuerda que un gran poder conlleva una gran responsabilidad».

Para quien no recuerde este momento, veamos la conversación:


[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=HDBf4NNKs0c[/youtube]


Realmente es una gran frase. ¿De dónde la sacaría este señor?

Probablemente se puede pensar que cuando llegas a la vejez tienes un sinfín de anécdotas y experiencias que puedes contarle a la juventud para iluminarles en la vida. Peeeero, he descubierto algo interesante:

El tío Ben, tal vez usaba Linux

¿Cómo he llegado a la conclusión de que el pobre hombre era un friki? Seguramente pensaréis que se me va la cabeza, pero fijémonos con atención en una captura que he sacado del centOs en el laboratorio:




Obvervemos detenidamente la linea 3 🙂

Curioso, ¿no? Y más aún, ¿quién era el friki, el tío Ben por usar linux? ¿El programador de centOs por ver Spiderman?

Y ya está 🙂

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Los huevazos del 42

Llevo todo el día pensando en escribir esto por la noche. Y por fin, después de interminables horas en el CPS (hoy he llegado a 11 horas allí metido), y un capítulo y medio de House (Jaus), ya puedo hacerlo.

Esta mañana he salido de casa a las 9:40 a coger el bus, pensando que si justo en ese preciso instante tenía suerte y aparecía un 42 (cosa bastante improbable), llegaría a clase exactamente a las 10 de la mañana.

Lo genial es que, curiosamente, ha aparecido uno, justo enfrente de mi portal. Aunque, eso significaba correr las 2 manzanas para llegar a tiempo a la parada. Pero sí, he llegado, y me he sentido todo satisfecho, aunque con los pulmones que se me salían por la boca. Lo que no sabía es que mi calvario empezaba justo en ese momento.

Al principio no he caído, simplemente iba sentadito, pensando en la muralla china, para variar. Pero me he dado cuenta de algo, y es que parábamos cada 2 semáforos. Lo primero que he pensado es que hoy estaba teniendo mala suerte. Pero ese pensamiento ha desaparecido cuando he visto varios caracoles adelantándonos mientras se reían del conductor, y de los pobres pasajeros que viajaban a velocidad de abuela caminante. Bueno, no nos alarmemos, tal vez haya mucho tráfico…

NO!! La calle estaba como siempre, excepto que el autobús que me ha tocado sufrir esta mañana no corría nada. No conseguíamos pasar 2 semáforos en verde. Desde que las puertas del bus se cerraban hasta que éste empezaba a moverse, me daba tiempo a bajar, echarme un cigarro y subir. Era horrible!! Al doblar las esquinas no se notaba, puesto que eso hay que hacerlo a poca velocidad. Pero cuando te encontrabas con una recta de 3 carriles, con todos los semáforos en verde hasta 300 metros por delante de tí, ERA DESESPERANTE.

Ha costado desde Kasán hasta el Carrefour (normalmente unos 4,5 minutos) cerca de 14. No me lo  podía creer, así que poco antes de llegar al Carrefour se me ha ocurrido acercarme al lado del conductor, para poder ver la aguja que marca la velocidad. Increíblemente no la he visto subir de 30 km/h…

Ni siquiera en una recta donde los coches alcanzan casi los 80 km/h (sí, eso es una multa bastante elegante) ese hombre pasaba de los 30. Era como si no quisiera llegar al CPS. Joer, todo el mundo que vivimos allí le tenemos asco, pero no por ello nos cuesta 3 horas llegar. Y si el hombre tuviera luces, habría llegado pronto para echarse un café y un cigarro. Pero tampoco parecía tener esa suerte.

Por fortuna, el señor profesor ha debido coger el bus siguiente al mío, que debía pilotar el primo de mi conductor, porque ha llegado a las 10:14 minutos, sólo 1 minuto antes que yo.

Resumiendo, después de el agobio y el aburrimiento de un viaje en 42 de algo más de media hora que norlmente cuesta algo más de 20 minutos, he conseguido llegar a tiempo a clase para empezar el día.

Sólo una recomendación para Benito (así he bautizado al chófer): «Si tu mujer tiene ganas de marcheta nocturna, espero que no te cueste tanto empezar como cruzarte 4 semáforos. Porque se le pasarán las ganas y te quedarás a dos velas: VAMOS… UN POCO DE ALEGRIA Y FLUIDEZ EN LA VIDA NO VIENE MAL».

Y ya está 🙂

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LGA-ando se acabó!

Bueno, bueno, bueno …

Después de una semana sin escribir, hoy no quería irme a la cama sin decirlo: LA ENCULADA SIGUE. Y es que LP no salió como estaba previsto, pero espero que en LGA Dios se siente a mi lado, y a ser posible me sople lo que no me sepa. Alguien me dijo que cuando estudió le gustaba mucho Flex y Bison, así que, igual puede echarme una manita en las prácticas.

Estoy contento este fin de semana. He cobrado mis queridos links, me he puesto hasta el culo de comer tapas con los chavales esta mañana, he LGA-ado bien, pero bien… Y ha tenido buena compañía prácticamente los 2 días. Bien, claro que sí.

Ahora falta que ficheros empiece a entrar, que es “infumaibol, mai fren”. Horrible, horrible. O bueno, si no entra, me conformaría con que “El hombre del tiempo” sea benévolo. Muy pero que muy benévolo.

En fin, será hora de dormir, mañana será un día de reflexión y planificación. Siempre lo he pensado. En todos los asuntos de la vida, pensar durante 5 horas lo que vamos a hacer merecen más la pena que actuar 1 hora sin saber por qué. Así que, a meditar bien cómo me estudio Electrónica y Ficheros, y al tajo badajo!

Ale, como dicen en mi pueblo: A CASCALA!

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Seguimos poco productivos :-P

Otro día más.

Parece que no, pero el tiempo va pasando sin darnos cuenta. Sin quererlo, nos plantamos ya en marzo, y llevamos casi un mes de clases. Ha habido tiempo para poner los pies en la tierra después de la enculada, y empezar a moverse. Pero a día 28, tampoco se puede decir que haya habido días productivos.

Hoy no ha sido diferente. Dos horas peleándome con Merlín, pensando muy bien cada linea de código antes de picarla en el ordenador. Luego unas “pseudo-prácticas” en las que se supone nos hemos “iniciado” en el apasionante mundo del AutoCad. Comida entretenida, y después un café largo y tendido, acompañado de mi buen tabaco y unas partiditas de cartas.

Las horas de electrónica sí que creo que han sido de los pocos momentos del día que he aprovechado. Me enteraba de lo que decía el joven, estaba entretenido, y no se me han hecho pesadas. Pero a partir de ahí.. he vuelto al ya más que nombrado “bowling”. El derecho en la derecha. El izquierdo en la izquierda. Un huevo en cada mano y a frotarlos.

Jajajaj, en general ha sido un buen día, poco productivo, pero muy agradable. Además… he tenido una grata sorpresa. Mi “Peluda” ha vuelto y después de muchos meses sin apenas contacto, he tenido un buen rato para recuperar aunque sólo sea una pequeña parte del tiempo perdido.

Por el camino a casa, para no variar, he venido pensando. Y sí, decididamente he llegado a la conclusión (llevaba varios días pensando en esto) de que el cuerpo se “alcoholiza” en determinadas ocasiones. De la misma forma que después de una noche de extremos excesos etílicos tenemos lagunas en la memoria, he comprobado que después de determinados acontecimientos puede ocurrir lo mismo.

Hoy me cuesta horrores acordarme de lo que hice hace 8 meses, 10, e incluso un año. Es como si hubiera estado en coma, y hubiera despertado este agosto. Y la verdad, es algo muy raro. Igual que algunos sábados por la mañana tengo “flashes”, y me vienen a la mente escenas vergonzosas de la noche anterior, ahora me vienen a la mente escenas de hace muchos meses. Cosas que ni me acordaba que habían pasado, charlas con gente, fiestas, comentarios, cualquier tontería que hubiera hecho con cualquiera. Días de piscina, cenas en casas de amigos… Mil cosas.

¿Por qué pasa esto? ¿Por qué tengo la sensación de que “nací” hace 6 o 7 meses? Es como si gran parte de lo que hubiera hecho antes no hubiera ocurrido. No me desagrada la idea, las cosas duelen menos así. Pero me parece una cosa curiosísima. Cómo un cerebro (lo he nombrado alguna vez: un conjunto de células mal puestas) es capaz de recordar determinadas cosas y olvidar otras…

En fin, va a ser hora de ir a dormir, que ya estoy cansado. Aunque me alegra decir que me voy con buen sabor de boca. Sí. 🙂