No sé si os acordáis de la película Demolition Man, en la que salía Silvestre Escalón. Si no la habéis visto echad un vistazo en internet, que hay información a patadas. Por no meteros la charla con eso, os diré que un invento que se supone que existirá en el futuro es un casco de «realidad virtual» con el que se simularán las relaciones sexuales. Tú te pones un casco, tu pareja el otro, y a pseudo-disfrutar. Sin contacto físico, completamente higiénico y demás.
En principio me parece un invento cuajanudo y que debería poder ser fabricado tarde o temprano, por supuesto sin sustituir los métodos tradicionales. La estimulación del cerebro para conseguir que el sujeto perciba sensaciones como si de verdad las estuviera experimentando me parece que tendría muchísimas aplicaciones. Las que se me ocurren están relacionadas con la violencia y con el sexo, pero podéis comentar las vuestras, como siempre. Aquí tenéis las mías:
– Podríamos matar virtualmente a quien quisiéramos, incluso varias veces y llevando nuestra imaginación a límites insospechados. Todo ello sin repercusiones en el mundo real, y sin necesidad de poner nuestras fantasías en práctica pero con el mismo disfrute.
– También cepillarnos a cualquier famosa o bella joven de la calle. No importa si tenemos novia, estos cepillamientos no cuentan por muy reales que nos parezcan.
– Otra opción sería cepillarnos a nuestra novia y a su clon. O a 10 como ella a la vez. Si una novia te vuelve loco imagínate el poder de varias iguales 😀
– Y otro paso más allá, podríamos hacer lo que yo llamo el «autotrío». Esto es, tener relaciones con nosotros mismos más allá de los trabajos manuales. Es decir: yo y yo mismo, los dos.
– Como siempre, se puede ir un poco más lejos, y se puede uno preparar cuartetos de uno mismo, consigo mismo, su novia y su novia otra vez. O él con su novia dos veces, o… variantes infinitas que se os puedan ocurrir.
– Sin estar relacionado con el sexo, creo que una experiencia curiosa sería sentir por ejemplo una caída desde un rascacielos, un impacto de bala, un accidente de avión, o la aceleración que sufre un astronauta cuando un cohete despega.
Todo esto sin moverte del sillón, con y sin dolor posterior. Y si no te gusta lo que sientes, te quitas el casco y solucionado. Sería estupendo, ¿no?
En fin, queridos frikoides que me leéis, otro día más. Ahora toca dormir y mañana a ver a mi amigo Laifrai de nuevo.
Y au! 😀
PS: Con este post no se me ocurre nada casto y puro que decir, así que mejor no decir nada esta vez 😛