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¿Nos podemos fiar de los medios de comunicación?

Cada día más, los medios nos bombardean con noticias sobre el independentismo catalán, sobre las variaciones en la intención de voto hacia los nuevos partidos políticos y otros muchos temas que, en estos momentos previos a elecciones autonómicas y generales, nos pueden condicionar a la hora de elegir nuestro partido «preferido».

Sobre el independentismo catalán, sus tremendas mentiras y lo que llaman «derecho a decidir» mientras olvidan el mío podría escribir hasta aburrir pero no es el objetivo de hoy.

El caso es que esta mañana me he puesto a leer sobre la intención de voto y he llegado a una noticia que me ha llamado increíblemente la atención. El titular es el siguiente:

«Podemos y Ciudadanos adelantan al PP y el PSOE en intención directa de votos»

Leyendo la frase anterior, cabría pensar varias cosas:

1. Tanto Podemos como Ciudadanos tienen mayor porcentaje de votos que el PP y el PSOE. Es decir, Podemos obtendría la primera posición, Ciudadanos la segunda, el PP la tercera (o cuarta) y el PSOE la cuarta (o tercera).

2. La suma de votos de Podemos y Ciudadanos supera la suma de votos del PP y el PSOE. Así pues, si Podemos y Ciudadanos formasen coalición, el PP y el PSOE en coalición seguirían sin obtener mayoría.

Esto es algo que aparentemente es lógico y, si después de leer el titular dejáramos de leer, podríamos pensar que los partidos tradicionales no ganarán las elecciones. Pero como siempre digo, hay que leer bien antes de sacar una conclusión. De modo que leemos el primer párrafo en el que dicen que:

«El PP ganaría las elecciones generales con el 23,5% de los votos, muy lejos de la mayoría absoluta que consiguió en 2011, y pasaría de 186 a 107 escaños, como máximo, según un sondeo del Barómetro Político de España del Gabinet d’Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP) para El Periódico de Catalunya, que sitúa como segunda fuerza a Podemos, con el 20,1% del electorado (18-82 diputados), seguido del PSOE (19,1% y entre 75-78 escaños) y Ciudadanos como cuarta fuerza (17,7% de los votos y entre 55 y 59 diputados).»

La cosa aquí es ligeramente distinta, según este párrafo el PP iría el primero, seguido de Podemos, el PSOE y Ciudadanos. No es hasta el segundo párrafo donde se dice que:

«El resultado de la encuesta cambia si se pone la lupa sobre la intención directa de votos; en este caso Podemos, aunque frena su progresión, sale como primera fuerza, con el 18,9% de los votos. Ciudadanos le pisa los talones con el 15,7%. En la tercera posición, el PSOE (14,5%), seguido del PP (14%). En cuanto al resto de formaciones, Izquierda Unida , según la intención directa de votos, con el 3,9% de los votos, mientras CiU se queda con el 2,3%, ERC, 1,2% y UPD, 1,1%.»

Aquí sí se dice lo que yo esperaba leer. Sinceramente no entiendo muy bien como funciona el tema de las encuestas, y sobre las distintas formas de intención de voto. Dependiendo de quién la realiza se obtienen unos datos u otros, y por eso periódicos como El País utilizan normalmente fuentes distintas a las que utiliza el ABC, por ejemplo. Todos parecen decir la verdad, pero todos se llevan la contraria, ¿cómo puede ser esto?

Últimamente paso de leer los periódicos o escuchar la radio porque veo como me van manipulando, y no me gusta. Hay veces que me ponen los datos «masticadicos» para que mi conclusión sea la que ellos quieren, y eso es algo que me parece bochornoso. ¿Por qué no se limitan a poner datos numéricos y dejar que yo piense por mí mismo?

Veo a diario como sacan noticias para hundir a determinados partidos políticos, como extraen pequeños fragmentos de una conferencia para descontextualizarlos, como se intenta evitar el efecto de la corrupción y de la aparición de nuevos partidos. Y quiero dejar claro que no defiendo a nadie, simplemente estoy criticando una práctica que me parece que les pasará factura.

Por poner algunos ejemplos, está el famoso «hay que españolizar a los catalanes» de Wert, que si bien no es santo de mi devoción hay que ser consciente de que se sacó de contexto. Está el titular «Podemos quiere imponer el catalán en Aragón» que tanto me molestó cuando lo leí (claro que cuando leí la noticia entera mi impresión cambió), por poner un par de ejemplos.

Creo que la prensa y las televisiones saben de sobras lo que quieren conseguir, y todo lo que escupen va en esa línea. Y no me gusta que me manipulen, al menos no tan evidentemente como si fuera estúpido.

Tengo claro que cuando haya elecciones espero ver que la gente ha madurado y que está cansada de que les roben y les mientan, de la corrupción y de que haya dos grandes partidos que sepan que gobernarán hagan lo que hagan (tal vez incluso esta vez pacten entre ellos para no perder sus amados sillones). Si no hay cambios significativos me avergonzaré de mi nacionalidad, pero todavía tengo fe en la inteligencia humana.

Sin más, sólo quería «rajar» un poco y quedarme a gusto. Otro día os cuento más cosillas, mis queridos frikoides que me leéis.

Y au 🙂

PS: Tenemos los billetes, sólo falta el alojamiento y todo bien!

 

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Matemos toros, no jirafas

Hoy tengo que escribir esto aquí. Realmente alucino con la hipocresía de la gente que va de moderna, de «pobres animales», de «todos somos iguales», de ¿»progres»?… Es todo mentira.

¿Que por qué digo esto? Pues muy fácil:

Antes de nada, una aclaración. No quisiera que me malinterpretéis, estoy completamente en contra del maltrato a los animales. Una cosa es obtener comida y otra muy diferente hacer de su sufrimiento una fiesta o un motivo de orgullo nacional. Dicho esto…

Veo en el Caralibro muchísima gente que se ha indignado enormemente porque en Dinamarca parece ser que han matado a una jirafa joven (18 meses no sé si será mucho en el mundo jirafo). Veo comentarios de personas que dicen que han estado llorando por la crueldad de la raza humana, por cómo se maltrata a los pobres animales, por cómo se vulneran sus derechos, por…

De todos los comentarios en los que la gente se lamentaba por la noticia, no he visto ni uno solo en el que se criticaran las corridas de toros. Resulta que esos bichos no tienen derechos, se les puede clavar pinchos hasta que mueren, ponerles bolas de fuego al lado de los ojos, atravesarles el costado con una espada que destroza sus órganos, atarlos por el cuello y exhibirlos públicamente. Ese deporte salvaje es considerado por muchos subnormales patrimonio nacional. Y a nadie le parece mal eso, pero pobre jirafa, hay comentarios que incluso piden ¡¡¡que cierren el Zoo!!! ¿Nadie cerraría plazas de toros excepto yo?

Esto me recuerda, aunque muy llevado al extremo, a cuando desaparece una niñita rubia preciosa y todos se indignan pero si mutilan a negritas africanas parece que muchos ni se enteran. Por la rubita hay concentraciones, masas conmovidas, temor por si a nuestras hijas les ocurre lo mismo. Pero de las negritas nadie se acuerda, ¿acaso ellas no son niñas? ¡Hipócritas!

También me recuerda  a cuando hay quien dice que hombres y mujeres deberían ser iguales pero luego están a favor de que haya pruebas diferentes para unas oposiciones dependiendo de lo que lleves entre las piernas. O cuando una pelea entre dos hombres gays, entre dos mujeres lesbianas o una pareja de heterosexuales tiene diferentes consecuencias legales. Igualdad es igualdad, «yunou» (del inglés, you know). No debería llamarse violencia de género (eufemismo de «cuando un hombre pega a una mujer«) sino violencia. PUNTO.

Obviamente son temas diferetes y de diferente gravedad, pero me hierve la sangre cuando la gente alardea de principios y luego resulta que estos principios son tan aleatorios como la lotería.

Ante la duda, yo lo dejo claro:

  1. No quiero rubitas secuestradas, ni negritas mutiladas.
  2. No quiero animales maltratados. Si necesitamos su carne se les mata rápido.
  3. No me gusta la violencia, pero NINGUNA violencia. Si debe haber leyes contra ella no deberían contener referencias a sexo, color de piel ni clase social.
  4. Si mi casa se quema, el bombero (o bombera, para quien me tache de sexista) que me atienda tiene que poder cargar con 100 Kg.Si una mujer sólo puede cargar con 50 kg, quiero que me asistan 2 bomberas que cobren la mitad.
  5. No creo que nadie en el mundo sepa pronunciar alumn@s si no es «alumnarrobas».

Pues con mi indignación me despido por hoy, hasta la próxima jóvenes frikoides que me leéis.

Y au! 🙂

PS: Zeeeeeennnn!!! (dedo hacia el horizonte)

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Kilos virtuales y delgadez psicológica residual

Hoy voy a romper la terrible racha en la que no he podido aportar teoremas loixianos a vuestras insulsas vidas. Y no uno, sino nada más y nada menos que dos teoremas nuevos, completamente desconocidos en la red hasta la fecha.

Si bien es cierto que algunos compañeros de trabajo ya los han podido escuchar, la inmensa mayoría de la población mundial todavía está huérfana de éste mi conocimiento. De modo que, vamos a ello:

Teorema de los Kilos virtuales:

Con este nombre he bautizado a los kilos que nos engordamos en fechas señaladas en las que los excesos gastronómicos hacen que no quepamos en la ropa. Es muy común decir «me he pillado dos kilos estas vacaciones», pero no se trata de un aumento real ni significativo, pues varios días después de volver a nuestros hábitos alimenticios esos kilos desaparecen.

También suelo llamarlos virtuales porque un par de pasadas provechosas por el cuarto de baño suelen hacerlos desaparecer.

Este teorema no es aplicable sólo a cuando engordamos. También cuando adelgazamos se produce este fenómeno que tanto me fascina. Podemos pensar que hemos perdido un montón pero es bastante posible que hayamos hecho «mucho pis» o «mucha caca», así que no debemos bajar la guardia, puede que nuestro adelgazamiento sea virtual.

¿Cómo identificar los Kilos virtuales? Pésate cada 2 o 3 días, y cuando en varias mediciones veas el mismo resultado, el peso es real.

Teorema de la delgadez psicológica residual:

Este nombre tan estrambótico y bello es el más adecuado que he podido encontrar ante este otro fenómeno de la naturaleza.

Hace cosa de 2 años yo pesaba como 15 kilos menos que ahora. En principio no me preocupa, teniendo en cuenta que mi vida se ha vuelto más sedentaria y además he dejado el tabaco. Volveré a hacer deporte y a cuidar mi alimentación y todo volverá a la normalidad (es además mi propósito para este año).

Hasta aquí no es nada curioso, le pasa a mucha gente. De lo que no todo el mundo se percata es de que cuando llevamos mucho tiempo siendo «delgados» (al menos no gordos), nuestra mente nos recuerda así por mucho que nos engordemos. Y esto da lugar a situacioes curiosas, como la que os voy a contar:

A veces en mi casa la bella doctora está sentada en el centro del sofá. Yo pienso «Muy bien, voy a sentarme a su lado» y cuando procedo a hacerlo resulta que una parte no despreciable de mi musculado trasero acaba aplastando a mi joven compañera de piso. ¿Qué ha ocurrido aquí?

Lo que ha ocurrido es que en mi mente me recordaba más delgado, y al ver ese hueco en el sofá he pensado que sería suficiente para mí. Peeeeeero no ha sido así 🙂

Eso, amigos míos, es lo que yo llamo el síndrome de la delgadez psicológica residual y puede arrancar las risas de vuestras víctimas o, si no las conocéis demasiado, hacer que os llevéis una buena y merecida colleja.

Hasta aquí mis enseñanzas de hoy, otro día más y mejor.

Y au! 😀

PS: No hay nada como tener a un médico buscándote el pulso en el codo!!

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El sueño del jardinero

El jardinero era la clave… hoy lo he descubierto.

Llevo mucho tiempo sin contaros un sueño raro que haya tenido. Hoy he tenido uno que debía ser secuela de otro que tuve hace tiempo, porque ya me sabía los truquillos. Os cuento la historia …

Ponemos cursiva para dar un toque místico:

He aparecido en una especie de explanada enorme de césped rodeada de muros, era como una cárcel. Pero no era una cárcel, todos los reclusos íbamos vestidos de blanco y no de naranja butanero como en las películas. Además, en el patio había corros de gente donde algunos empleados daban charlas de lo más religiosas que he visto en mi vida. Que si iremos al infierno si hacemos no se qué, que si nuestro señor no se cuál… ¿Sería un psiquiátrico?

Todos los reclusos estábamos medicados para que fuéramos dóciles. Yo recordaba del sueño anterior que me daban 5 pastillas diarias, así cuando me han dado la medicación me las he apañado para tomarme sólo una. Así he conseguido estar «medio pito» para pensar en el siguiente reto.

Tenía que salir de allí, así que he ido a una empleada para decirle que quería irme. No me sonaba que me hubiera puesto pegas la otra vez, pero por si acaso le he dicho que mi madre estaba muy enferma, y que si se moría sin estar yo con ella no me lo iba a perdonar. La señora, muy amable y comprensiva, me ha dicho lo siguiente:

– Claro, no hay problema, ve a hablar con el jardinero, es quien tiene las llaves de la puerta. 

Y ha señalado a un señor joven vestido con vaqueros azules y camisa de cuadros, que iba andando con un cubo en la mano a lo lejos.

Entre él y yo había 3 paredes de cristal con puerta (como si fueran pasillos intermedios, de varios metros de ancho) que había que atravesar. Y todo antes de que él llegara a un pasillo largo y desapareciera de mi vista. 

El sueño que había tenido anteriormente acababa cuando yo intentaba cruzar la primera puerta, no había forma de abrirla. Pero esta vez, la cosa ha cambiado porque me sabía el truco de esta prueba: la empleada.

He metido rápidamente la mano en el bolso de la amable señora y he extraído un manojo de llaves. Con eso he podido abrir la primera puerta y salir corriendo hacia la segunda pared de cristal. El jardinero seguía avanzando.

He repetido la operación con las otras dos puertas, utilizando para abrirlas la misma llave. Por alguna razón sabía qué llave era, igual no era la segunda vez que lo soñaba, quién sabe.

Y al final he llegado hasta el jardinero, que iba fumándose un cigarrillo e ignorando mis gritos desde lo lejos.

Esta ha sido mi última traba. Resulta que él me ha dicho que era un «alumno» también. Que a él también le habían dicho que si alguna vez quería irse hablara con el jardinero. Ha abierto la puerta de su habitación, que era blanca como la pared del pasillo largo que os comentaba. De hecho, la puerta se confundía con la pared, si no llega a abrirla no hubiera sabido ni que estaba allí.

Se ha metido en su habitación ha cerrado la puerta y me ha dejado con toda la intriga.

Quitamos la cursiva, ya no hace falta 😀

Ahí ha acabado mi sueño, porque mi padre ha venido a despertarme. Queda pendiente enterarme quién es el jardinero y por qué hay que pedirle las llaves a él. También por qué nos dicen a todos lo mismo, y quién dirige ese lugar. Cuando me entere os lo cuento.

Es curioso cómo nuestra mente inventa estupideces máximas, y como se pueden enlazar los sueños una y otra vez.

En fin… otro día más, ahora a preparar maletas que me voy de viaje unos días.

Y au! 🙂

PS: Un par de semanas y veremos qué tal se me da planchar …

 

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De personas y personos va la cosa

Hoy vamos a aprender un poco de castellano, una lección muy sencilla.

– El perro, el gato, el padre… Todo esto son nombres en masculino.

– La perra, la gata, la madre.. Todo esto son nombres en femenino.

– Los perros, los gatos, los padres… Por si alguien no lo sabe, estas palabras sirven tanto como para nombrar a varios objetos masculinos como para nombrar a varios objetos sin especificar el género (incluyendo, o no, objetos femeninos).

Fácil de entender, ¿no? Estas palabras  en plural nos permiten no tener que escribir estupideces como la que sigue:

La asociación de padres y madres de alumnos y alumnas, decidió ayer amonestar a una parte del alumnado (entendiendo alumnado por alumnos y alumnas, porque alumnos es una palabra machista) por insultar y agredir a parte de sus compañeros y compañeras. Los profesores y profesoras (el claustro o profesorado, porque profesores es una palabra machista) decidieron por unanimidad aprobar una nueva norma según la cual, los niños y niñas que estén hasta los cojones o hasta la coronilla (porque hasta el moño es machista por suponer que las mujeres llevan moño) pueden acudir a la policía para interponer una denucia en contra de sus agresores y agresoras.

¿Habéis entendido algo de lo que he dicho? Francamente, YO NO.

No entiendo ese afán «moderno, progre, feminista??» de decir que los sustantivos en masculino plural son machistas. Loixiyo (hombre, masculino, varón y con pene) no tendría problema en decir «las alumnas» e incluirse en ese colectivo. Todavía diré más, yo sería más feliz pensando que entre las alumnas estoy yo (solo mujeres, y yo, nada más :D).

Coñas (que no es lo mismo que coños) aparte, me gustaría lanzar algunas preguntas que me parecen interesantes:

– ¿Quien es más machista, quien habla de profesores o quien piensa que eso es machista?

– ¿Qué es más incorrecto, decir profesores o decir profesores y profesoras?

– ¿Qué es más incorrecto, decir profesores o profesor@s?

– ¿Cómo narices se pronuncia profesor@s? ¿Profesorarrobas?

Dejemos de ser jilipollas (o gilipollas, nunca he sabido cómo se escribe), y de gastar dinero en imprimir papeles a todo color para decir que nombrar en femenino es posible, que el alumnado es más correcto que los alumnos y demás historias. Centrémonos en temas que verdaderamente importa, ¡hombre! (Hombre o mujer, depende de quien lea).

Ale, ya me he quedado a gusto.

Y au!

PS: Yo no soy machista… de hecho seré un amo de casa estupendo algún día 😀

 

 

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¿Octogenario o bicuarentón?

Estando con la bella doctora me han surgido algunas dudas que no hemos sabido responder por completo. Hay un conjunto de palabras que se utilizan para designar grupos de edad de las personas.  Vamos a verlas una por una:

Bebés: Somos pequeñitos, con los brazos cortos y mofletes grandes.

Niños: Ya tenemos dientes y pelo en la cabeza.

Adolescentes: Ahí nos dicen que estamos en la edad del pavo y nos empieza a salir pelo por otros sitios.

Veinteañeros: Podemos votar, beber, conducir y entrar legalmente a bares.

Treintañeros: Lo mismo que los veinteañeros, pero el alcohol nos sienta mucho peor (dicen, aún no he llegado aquí).

Cuarentones: Aquí el sufijo cambia de «eros» a «ones». ¿Por qué?

Cincuentones: Ya nos hemos acostumbrado al «ones».

Octogenarios: Ochenta años. No sabemos las palabras intermedias.

A continuación, las dudas que me han surgido:

– Si cuarentones es  (o al menos suena) despectivo, ¿cómo es la palabra no despectiva? ¿Bi-veinteañeros?

– ¿Qué hay de los «sesentañeros»? Podrían ser tri-veinteañeros o «cuarentones y medio» si queremos decirlo despectivamente?

– De los «setentañeros» no se me ocurre otra fórmula.

– Los de ochenta y pico se llaman «octogenarios». ¿Podría ser «bicuarentón» la palabra despectiva?

Como siempre, aceptaré cualquier respuesta que se os ocurra. Por supuesto también aceptaré que me iluminéis y me digáis las palabras reales.

Y hasta aquí mi chorrada de hoy. A ver que se me ocurre para la próxima entrega.

Y au! 😀

PS: Red Bull y paracetamol… fiesta asegurada 😛