0

¿Y este aifon cómo funciona?

Mañana me voy con mis padres a nuestro tradicional viaje anual, costumbre que el Hijo de Boston abandonó hace ya algún tiempo. Yo, mientras pueda, intentaré seguir cumpliendo con mi obligación y me dejaré querer una semanita cada año 🙂

Entre tanto mi joven compañera de piso, la bella doctora, está en Valencia con sus amigos en lo que también se ha convertido en tradición. Ella pasará esta semana por ahí viendo mundo, y este año (aunque no tiene nada que ver con este post) los dos nos vamos al mismo país, Italia. Al menos nos podremos llamar barato de fijo a fijo :-D.

Pero bueno, a lo que nos ocupa. Este video me ha hecho pensar en cómo las nuevas generaciones empiezan a ver «extraños» los aparatos que usaban sus mayores en su juventud. Yo llegué a utilizar este extraño artilugio durante bastantes años, cuando todavía no estábamos conectados permanentemente a la nube, cuando la gente no se hacía selfis, cuando se podía uno emborrachar sin miedo a ser famoso en Youtube al día siguiente o incluso, por qué no, echar un kiki en un cajero una noche de sábado en el más absoluto anonimato.

Sin más, os presento a nuestras dos simpáticas amigas que yo he bautizado cariñosamente como Andrea y Ceci. Veamos cómo se enfrentan al reto de «El Aifon de la Yaya».

Juasjuasjuasjuas! :-D.

Pues nada, mis queridos frikoides que me leéis, con estas líneas me despido por hoy. Pasad buenos días y… hasta la próxima!

Y au! 🙂

PS: Y la próxima… Noodles!

0

Anda que como pierdan la toalla…

Hoy os dejo un video que mi bella compañera de piso me enseñó y me pareció bastante curioso. Disfrutadlo.

En él, dos simpáticos señores nos deleitan con un baile desnudos, llevando sólo una toalla pequeña cada uno. Seguro que vais a pensar que es otra Loixialidad, que siempre estoy pensando en cuerpos desnudos y esas cosas. Pero… no puedo evitar verle cierta relación con la vida misma, con momentos en los que nos tenemos que exponer delante de un público que nos mira esperando que nos equivoquemos. Nos toca poner cara sonriente, hacer malabares para que un pequeño error no nos deje en mal lugar y rezar para que la toalla del señor de al lado no esconda virtudes mucho más grandes que las nuestras.

EDITO: El video ya no está disponible.

Jajaj, no sé… me recuerda mucho a una entrevista de trabajo :-D.

Aaaay mis queridos hobbits… todo este tema me recuerda también al Linkedin, el «Votamicuerpo» intelectual, donde no se mide quien tiene mejores t*tas ni músculos más marcados sino quién «la suelta más gorda» con su currículum. Pero de mi opinión sobre esta porquería maravilla de red social os hablaré en próximas entradas.

Entre tanto os tendréis que conformar con estos simpáticos franceses.

Y au!

PS:Clin, Clin… Mañana vacaciones!

0

¡Vaya mente más turbada!

Por cosas como éstas suelen decirme que estoy fatal, pero creo que hoy es un buen día (como cualquier otro en realidad) para escribir esta entrada.

Cuando somos niños nuestra mente es inocente, sólo vemos bondad y nada nos resulta «raro». Conforme pasan los años nuestro cuerpo empieza a cambiar así como el de la gente que nos rodea. Empezamos a tener curiosidad por ver cómo ha cambiado el cuerpo de nuestras vecinas, nuestras hormonas se alteran y todas esas cosas que ya conocéis. Es entonces cuando empezamos a verle el sentido a cosas que hasta entonces no se lo veíamos. Vamos a ver algunos casos:

1. ¿Colega, dónde está la cola?

Hace unos años yo era monitor en un grupo de tiempo libre y tenía a mi cuidado chavalillos de entre 8 y 11 años. Un buen día en un campamento de verano estábamos haciedo una actividad en la que utílizábamos pegamento para pegar papel y se me ocurrió decirle a uno de mis niños:

– Esteban, por favor, ve a Luismi (otro monitor) y pregúntale dónde tiene la cola.

Esperé pacientemente a ver la cara de Luismi cuando el niño fue a preguntarle y…. ¡CLARO! Ocurrió lo que yo pensaba, Luismi empezó a partirse de risa ante la cara atónica del muchacho. ¿Qué diferencia hay entre la mente de Luismi y la del niño? Obvio, unos 25 años de diferencia :-).

2. La canción del velero

Realmente no entiendo como la gente no entiende lo mismo que yo. Cuando la canción salió al mundo mi cabeza interpretó lo que interpretó, pero no sé muy bien por qué todo el mundo con quien lo comento cree que estoy fatal. Ellos creen de verdad que es una pareja que se va en barco bajo el sol, y la muchacha le pone el sombrero al muchacho para que no se le queme la cara. Y…. ¿por qué juegan a pillar? ¿Por qué el gemidito inicial?

Veamos:

EDITO: El video ya no está disponible.

Tú me pillas, yo te pillo, te voy a atrapar… Quiero montarme en tu velero, ponerte el sombrero y hacernos eso… ¡Ay, ay, ay! Me sube la marea, tu cuerpo lo pide, juguemos a no pensar… 

3. El primer hombre que pise tu luna…

¡Y todavía hay más! Hace unas semanas me fui a Jaca con la bella doctora. De vuelta a casa, en la radio sonó una canción de Melendi que de repente arrancó una sonrisa a los dos. No os lo voy a poner tan fácil esta vez, os dejo que lo busquéis vosotros.

EDITO: El video ya no está disponible.

Podéis escuchar la canción entera, la verdad es que me parece muy bonita. Pero si os interesa más comprobar si vuestra mente es normal o es como la mía, saltad al minuto 3:25 y escuchad con atención 🙂

4. Como anillo al dedo

Podría pegarme la vida con estas cosas pero para ir acabando os pondré una en la que no había caído hasta que mi compañero Almóvil la comentó.

Ayer en la oficina estábamos riéndonos porque hay una muchacha (o señora, no sé qué edad tendrá) que se llama Anette. Imagino que ella no le ve gracia porque es extranjera pero nosotros no podemos evitar sonreír cuando leemos su nombre a «la española».

En medio de nuestras risas, este compañero dijo:

– Mucho os reís, sí… pero a nadie se le ha ocurrido malpensar cuando hablamos de anillos, ¿verdad? Mirad, mirad: «¡¡Me viene como anillo al dedo!!».

P*to Almovil… nunca volveré a escuchar esa expresión sin sonreír 😀

Pues hasta aquí mi lección de hoy, mis queridos hobbits. Como véis, todo esto no resultaría para nada llamativo, ni mucho menos gracioso, si nuestra mente no experimentara cambios durante la pubertad.

Y au! 🙂

PS: Otro día de posguardia, estoy deseando que me preguntes cosas como «¿Tú cuántos días necesitas comer?»

0

Adivino no, buen «guglero»

Hace bastantes años que vengo viendo como a la gente no le importa publicar absolutamente toda su vida en Facebook, colgar fotos de todos los sitios donde va, comentar en mil sitios sin importarle quién pueda leerlo y demás.

Por poner un ejemplo, una vieja amiga de la carrera (su nombre no lo diré aunque si lo lee posiblemente se de por aludida :D) suele comentar, algo «cifradamente», prácticamente todo lo que le ocurre. Si discute con el novio, si echa un kiki con él para reconciliarse, si va al baño y «va duro», si… Todo está ahí al alcance de los marujos.

A algunas personas eso no les importa porque creen que «sólo sus amigos pueden ver lo que escriben». En la realidad, un poco de imaginación, una foto de perfil de alguien atractivo y poco más es lo único que se necesita para que alguien te permita marujearle la vida.

Todo el mundo entiende que gritar su vida íntima por la calle o pegar fotos casi desnudo en las fachadas de los edificios puede resultar mala idea pero no ven que en la red el problema también existe. Mucha gente no tiene reparo en utilizar contraseñas de broma para el correo electrónico, comentar todas sus intimidades en las redes ni por supuesto colgar fotos sin apenas dos prendas de ropa. Y no me entendáis mal, me encanta ver carne femenina pero hay que tener un poco de conocimiento.

Todos locos peeeero… allá cada cual.

Relacionado con toda esta paranoia que tengo yo acerca de la seguridad, la privacidad y demás, he encontrado este vídeo que me ha dado que pensar. No sabría decir si es cierto o ficticio pero desde luego no me parece nada descabellado. Os lo dejo por si a alguno le abre los ojos.

Nada más por hoy, queridos Hobbits. Bueno… sí… hoy ha sido el cumpleaños de «La pequeña Hobbit», que para quien no la conozca es mi sobrinilla pequeña. Todavía no sabe leer pero cuando algún día marujee este blog sin saber que es mío quiero que lea esto:

¡FELICIDADES CACHONDA! 

Ale, pues otro día os cuento más cosillas, tengo novedades novedosas.

Y au! 🙂

PS: Paciencia infinita 🙂 

0

¡Feliz año 2014!

En estas fechas tan señaladas no quisiera olvidarme de mi tradicional saludo navideño. Este año sólo quiero deciros lo que una vez hace algunos años dije en un brindis:

«Que lo peor de este año sea lo mejor del que viene!»

Aquel día intenté decir en voz alta lo que un sabio del momento me recomendó decir, una frase corta y sencilla, pero con un significado bonito. Por desgracia, los nervios hicieron que deseara lo peor para el nuevo año.

No, no, no… Este año quiero desearos lo mejor, así que no voy a hacer florituras y voy al grano. Simplemente que espero que tengáis el mejor año posible, rodeados de vuestra familia, dinero, salud, comida, pilinguis y «pon_aqui_lo_que_te_apetezca».

Os dejo un video de Juancar deseando a todos unas buenas fiestas.

EDITO: El video ya no está disponible.

Ahora tengo que irme a Monreal, así que no me entretengo, pero para otro día os cuento un poco mis propósitos para año nuevo. Os adelanto uno, que es volver a escribir con frecuencia para que vuestras vidas sean mejores.

Pues hasta aquí mi felicitación de hoy.

Y au!

0

¿Qué significa virgen?

Este video me lo pasó la bella doctora hace bastantes meses y con él estuve un buen rato riéndome sin parar. La situación me parece sencillamente genial!

En él veréis a una niñita adorable que pregunta a su madre qué significa la palabra virgen. La madre hace lo imposible por explicar a la hija. Echadle un ojo, es entretenido.

https://www.youtube.com/watch?v=h_QygKaDaZs

Sin más, ahora toca ir a dormir, que mañana hay que rendir.

Y au! 🙂

PS: Gracias pizzero, te debo la vida, LITERALMENTE