Hoy estoy inspirado para escribir otra de mis chorradísimas mundiales, así que voy a aprovechar para contaros una de mis últimas ocurrencias, que no sé si a más gente se le habrá ocurrido.
Siempre se habla de la simetría del cuerpo humano. Dos manos, dos orejas, dos piernas, dos brazos, dos testículos, dos pulmones, dos hígados 😀 … Y todo uno a cada lado del cuerpo porque de no ser así nos caeríamos al suelo. El cuerpo está bien pensado, y no sólo para que sea capaz de contrarrestar los efectos de la gravedad. Por poner otro ejemplo, Las mujeres tienen dos senos (melones, pechos, tetas), precisamente porque los receptores de tal vicio tienen generalmente dos manos.
De lo que nunca se habla es de la simetría vertical, que un servidor cree que también existe. Veamosla:
– Del mismo modo que tenemos dos manos, tenemos dos pies. Cada uno con sus cinco dedos.
– Los tobillos equivalen a las muñecas, así como las rodillas a los codos.
– Algo forzada la equivalencia, porque en este caso las funciones son opuestas. Dos pulmones para recoger cosas, dos riñones para preparar la salida de otras.
– Tenemos una boca para que entren alimentos o cualquier otro objeto que vuestras pervertidas mentes imaginen. Tenemos otro orificio, cerca de «los hombros inferiores» por donde también pueden entrar y/o salir cosas.
– Una mañana de domingo podemos tener resaca y pegarnos el día vomitando. De la misma forma podemos pegarnos el día sentados en el baño con periódico para amenizar la estancia.
– También tenemos el cerebro de la cabeza, y otro cerebro en otra parte. El límite de las funciones mentales que realiza cada uno a veces no queda claro, mucho menos cuando el alcohol está repartido por nuestro cuerpo en cantidades poco saludables. La existencia de éste segundo creo que tiene cierta aceptación social, y de ahí la celebre sentencia de «Ala, maño.. deja de pensar con la …»
– No tengo claro si los omoplatos (la RAE dice que es sin H y con o sin tilde, indistintamente) podrían ser el equivalente al hueso que hay en los jamones del pompis. Pero claro, los omóplatos no tienen grasa, porque no los utilizamos para sentarnos.
Toda esta teoría científicamente demostrable tiene un punto débil: ¿Qué es el equivalente al ombligo?
No hay mucho detalle sobre esta teoría loixiana, esto es todo lo que en mi estudio riguroso he sacado en claro. Así que lo dejo aquí, como punto de partida para vuestras investigaciones futuras y pasadas.
Por último, os dejo un video que la bella doctora me pasó el otro día y creo que respalda mi hipótesis. A mí me hizo bastante gracia y por eso quería compartirlo con vosotros. Espero que os guste.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=XKMoVAObbhE&ob=av3e[/youtube]
Y au! 🙂
PS: Ánimo, pronto a La Piedra (fijo que malpiensa la gente :-D)