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Terabytes de mente

Estos días venía dándole vueltas a algo. Ya se lo comenté a  varias personas, pero he seguido pensando en ello en algún ratillo de vuelta a casa.

La pregunta es simple, aunque puede hacerse de varias maneras:

¿Cuánto ocupa una mente humana? ¿Cuántos DVDs harían falta para hacer una copia de todo lo que tenemos ahí? Hay mil formas más de plantearse esto, y es una pregunta aparentemente tonta, pero, me dará para unos cuantos posts, seguro.

Porque, analicemos. ¿Cuántas cosas tenemos ahí guardadas? Demos un repaso.

Nombres de personas conocemos muchos, y a cada uno le asignamos una cara y un cuerpo, o varias si conocemos varios Anacletos, por ejemplo. Además, a una persona la reconocemos igual de frente, de perfil o de espaldas (jojoj no pensemos mal, ya habrá tiempo para ejemplos obscenos). Reconocemos su voz aunque no la veamos, e incluso para algunos afortunados, podemos intuir su presencia sólo por el olor que haya en el ambiente. 🙂 Todo esto hay que almacenarlo.

Lo mismo pasa con las cosas, solo que es más curioso aún. Además de su nombre, tenemos una imagen mental del objeto. Pero todavía más allá, hay propiedades variables que no nos confunden a la hora de saber que una silla blandita y limpia, es igual de silla (aunque más apetecible) que una silla sucia y con pinchos en el «apoya-traseros».

Todo el mundo conoce su dirección, (aunque con alcohol en vena quien la suele conocer es el taxista y/o amigo que nos lleva hasta el portal) su teléfono, muchos nombres de calles, teléfonos de amigos, nombres de ciudades y un largo etcétera de cosas, más o menos útiles, pero que por lo que sea, no olvidamos.

Por supuesto, hay infinidad de acciones y conceptos que también conocemos, ya sea como «palabrejo extraño que hemos aprendido», o porque realmente sabemos hacer/utilizar: correr, saltar, comer… En el mejor de los casos, «celebérrimo» ocupa una pequeña porción de nuestra memoria. Pero es obvio que todo el mundo come, y que comer es igual si lo que llevamos a la boca es una manzana, un moco, o cualquier otro objeto de cualquier forma, tamaño, textura y procedencia (no, no malpenséis, que todavía no es mi intención).

Y claro, la cosa se complica cuando metemos en el ajo a las emociones. Además de conocerlas, por alguna extraña razón se agarran a la imagen mental de una persona-cosa-lugar, cual recien nacido (o no tan recien nacido) a la teta de su madre (o de alguna jovenzana). Esto es, si una noche nos vamos de farra, y después de los 4 o 5 cubatas nos bebemos 10 chupitos de tequila, la resaca será espectacular. De modo que nuestro recuerdo del alcohol, se verá negativamente afectado. Aunque todo hay que decirlo, este sentimiento de rechazo no será inconveniente en absoluto la próxima vez que salgamos por ahí. Pero este no es el tema que nos ocupa.

Al final, ¿cuánta información tenemos acumulada? Notemos que un mp3 de calidad mediana, son unos 4 Mb para 4 minutos o así de canción. Y por cierto, podemos reconocer un buen puñado de canciones.

No puedo ni imaginar la cantidad de espacio necesario para almacenar sólo lo que 1 persona guarda en su cabeza, lo que sí que tengo claro es que me alegro de que todo eso no pese, porque si no no habría dios que fuera capaz de dar un paso.

En fin, tengo más preguntas relacionadas con este tema, pero lo dejo para siguientes posts, o este se hará larguísimo.

Y ya está 🙂

2 comentarios en «Terabytes de mente»

  1. Premio para el caballero xD

    Esa era facilita, las hay peores por ahí escondidas…

    Y respecto a lo que ocupa un cerebro… piensa que si estuviese en un DVD cualquiera podría llegar a verlo.

    Yo creo que me abstengo

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