Ayer fue de esos días que recordaré una buena temporadilla. Y es que definitivamente Dios debía tener un mal día, y lo pagó con el pobre loixiyo, «pa variar».
Ya por la mañana mi despertador se olvidó de hacer su trabajo, así que llegué el «cepese» cuando buenamente pude. Hasta aquí nada anormal, suele pasarme más o menos TODOS los días, así que no me preocupó en exceso. Lo bueno vino por la tarde.
Vine al CPS porque tenía clases de TAP con el señor Campos, de 15 a 16h. Pero en la comida me encontré son Sadoumeiquer, que me dijo que no había clase de TAP. Todo fue alegría, porque parece ser que me equivoqué con los horarios, así que en principio tenía dos horas más para hacer prácticas, que bien me iban a venir. Qué bien, oye.
Pero la primera sorpresa llegó de la mano de «la bella quiut», cuando a las 15:21h me preguntó por qué no estaba en clases de Programación Concurrente. Después de unos segundos de asombro caí en lo que estaba pasando. Los miércoles no tengo TAP (Shadow tenía razón), sino que tengo Concurrente con el señor Ezpeleta. Ahora todo cuadraba, y por desgracia no era cuestión de entrar a clase 21 minutos tarde, teniendo sólo una hora.
Así pues, mi única razón para venir al «cepese», que está en el culo del mundo, se me había ido al garete.
Pero no pasa nada, pensé. Tenía hasta las 7 para hacer prácticas, así que podía aprovecharlas. Así lo hice aunque, para mi sorpresa otra vez, no conseguí hacer absolutamente NADA, no me cundió.
Llegaron las 19h, tenía que salir al fútbol, y como tenía que pasar por la farmacia a hacer algún recadillo, salí un poco antes. En la farmacia, sorpresa de nuevo, aunque esta me la reservo, os quedaréis con la curiosidad, me temo.
Todo iba «bien», tenía 40 minutos para coger un bus y llegar a la Romareda, que había partido de fútbol. En principio tiempo suficiente, excepto por el detalle de que 34000 personas estaban haciendo lo mismo que yo. Así que el autobús fue la fiesta padre. ¿Sabéis lo que es ver un semáforo a 50 metros y saber que vas a verlo ponerse en rojo por lo menos 3 veces antes de que pases por él? Pues eso me pasó. Vi abuelas adelantar al bus andando a paso de tortuga. Vi como el semáforo se ponía verde sin que ningún coche se moviera. Y una cosa que no vi, a la policía local regulando el tráfico. ¿Estarían poniendo multas por otro sitio? ¿En el bar del tío Paco echando unos pinchos de tortilla? A saber.
Al final, y después de ver mi parada 3 coches delante mío durante cerca de 14 minutos, bajé del bus algo indignado. Y al poco tiempo estaba sentado en mi asiento.
Algo que salió bien ayer fue que los seguratas de la Romareda no descubrieron el portátil que llevaba en la mochila. De ser así no me hubieran dejado entrar, por si acaso se me ocurría lanzar un «objeto contundente de 600 euros» contra algún espectador o futbolista. Es curioso que es más fácil meter al campo una navaja en el bolsillo que un ordenador portátil. Pero bueno, así son las cosas.
Del partido mejor ni hablo, menuda forma más estúpida de acercarnos a la segunda división, juasjuasjuas.
Y bueno, supongo que lo único bueno del día llegó a la noche, que me fui a cenar y tal. Cené en un chino, y después vi un «pagüerpóin» en el que troceaban a un hombre chino. ¿Sabéis cómo deja eso las tripas? Jojoj.
En fin, un día curioso con contratiempos inesperados. Un día tonto, que puede tenerlo cualquiera. Pero lo advierto, habrá revancha y no habrá powerpoint que me joda 😀
Ale, me voy a echar un cigarrito de rigor, que hoy SÍ que tengo TAP.
Y au 🙂
…que cuente lo d ela farmaciaaa, lo de la farmaciaaaa…
al final mañana quedamos después del ensayo o qué?